Trabajo por campos en el Instituto 29 de Merlo: un viejo sueño hecho realidad durante la pandemia

La interrupción de las clases presenciales en marzo de 2020 significó un enorme desafío para el Instituto Superior de Formación Docente Nº 29 de Merlo: cómo trasladar a la virtualidad la organización institucional de un establecimiento que alberga a 4300 estudiantes en ocho carreras.

En esta entrevista con Utopías en Movimiento, Sandra González y Ricardo Moratto nos describen desafíos y beneficios de una experiencia de articulación dentro de un campo transversal.

Utopías en Movimiento: Estamos con Sandra González y Ricardo Moratto, del Instituto Superior de Formación Docente N° 29 de Merlo, y la idea es que ellos compartan una experiencia educativa que han llevado adelante durante los tiempos de pandemia, estos tiempos que nos han desafiado a inventar nuevas formas vinculadas a la organización institucional.
Nos gustaría para empezar, Sandra, que nos des el marco en el que se sitúa esta experiencia, que nos cuentes acerca del Instituto 29.

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Sandra González: Nuestro Instituto cuenta con ocho carreras y 4300 estudiantes que se distribuyen en una sede propia y algunas subsedes. La primera preocupación que se generó, cuando el 16 de marzo nos sorprendió la suspensión de clases, fue sin dudas cómo hacíamos para trasladar semejante Instituto, esa organización institucional, a la virtualidad.

Nos encontrábamos transcurriendo el curso de ingreso, y lo primero que hicimos fue utilizar una de las herramientas que teníamos a mano, que era nuestro nodo del sitio INFOD, el campus virtual, que lo usábamos de un modo bastante escaso para la dimensión que teníamos. Así que tomamos las aulas de los primeros años de todos los profesorados para continuar con el curso de ingreso por ese lugar.

Ahí tuvo mucha presencia la preocupación por la vinculación. Por un lado, esa bienvenida que siempre les damos a lxs nuevxs, a los primeros años, esa cuestión de que sea amable, que sea de algún modo una experiencia acogedora, que lxs contenga y que empiecen a sentir esa pertenencia a una institución nueva. Y también para lxs demás, para lxs que ya nos conocían, porque realmente necesitábamos pensar cómo íbamos a llevar adelante la tarea con todos los años.

UEM: En esta cuestión que vos comentás con respecto al modo de alojar a lxs que vienen llegando, se plantea un doble desafío: cómo recibirlxs, y cómo humanizar un vínculo a través de una plataforma, cómo construir un vínculo cercano cuando la pantalla o la plataforma parece que nos mantuvieran a la distancia.

SG: Claro y por eso, a partir de ese momento nos empezamos a preocupar y ocupar de cómo iba a suceder la enseñanza durante el 2020 en la virtualidad, pensando, inicialmente, que iba a ser transitorio, por un tiempo acotado.

Desde el equipo propusimos organizarnos por ejes de trabajo, trabajar de manera articulada con algunas cátedras, lo conversamos con lxs Jefxs de Área de los otros profesorados, y cada unx diagramó el modo en el que se iba a llevar adelante esa articulación. En muchos casos compartían aula, en otros, por ahí, en algunas materias específicas de los años más avanzados, tercero y cuarto, estaban solxs, y en particular, en Inicial y Primaria, empezamos a trabajar en función de lo que marca la norma nacional y los propios diseños curriculares de Inicial y Primaria, en un trabajo por campos.

En simultáneo, fueron llegando las comunicaciones de la Dirección de Superior, en los primeros días de abril, y luego llega la Comunicación 5/20, que realmente, en función de lo que veníamos pensando, nos sentimos muy identificadxs cuando la leímos, sentimos que estábamos trabajando en el mismo sentido.

Los Diseños curriculares de Nivel Superior para Primaria, Inicial
y Educación Especial estructuran su propuesta curricular en Campos. Recientemente también se estructuraron por campos los Diseños para Inglés, Matemática, Lengua y literatura y Educación física.

En cuatro campos a los cuales en primer año se le agrega el Campo de la Actualización Formativa.

Esto lo implementamos, para Inicial y Primaria, no solamente en primer año, sino de primero a cuarto, el trabajo por campos, con una mirada que intentaba articular las materias dentro del campo –que no fue sencillo y no en todos lados salió bien-, tomando el campo de la práctica docente por un lado, donde lxs profes trabajaban en una articulación más horizontal, todxs lxs profes del campo de la práctica juntos, con todxs lxs chicxs de ese año, el campo de la formación general, con las materias que marca el diseño que están dentro del campo de la formación general, lo mismo con las específicas, y luego nos quedaban algunas materias en las que pensamos que era conveniente constituir otra articulación.

Desde el equipo propusimos organizarnos por ejes de trabajo, trabajar de manera articulada con algunas cátedras, lo conversamos con lxs Jefxs de Área de los otros profesorados, y cada unx diagramó el modo en el que se iba a llevar adelante esa articulación.

Entonces, de algún modo inventamos un campo transversal para primero, segundo y tercer año. Les llevamos la propuesta a lxs profes, lo discutimos bastante en muchas reuniones (la verdad que el año pasado tuvimos muchas reuniones plenarias, muchas más de las que hubiéramos imaginado tener nunca), con mucho compromiso de la gran mayoría de lxs compañerxs. Siempre tuvimos una mirada interdisciplinaria sobre lo que queríamos llevar adelante, pero quizás no encontrábamos el modo de hacerlo bien en la presencialidad, de profundizarlo más, y creo que la virtualidad de alguna manera nos dio la oportunidad.

Lo que sí les propusimos a lxs profes era que trabajasen articuladamente al interior del campo, que pudieran articular con ejes de trabajo, con clases armadas colectivamente, y también que pudieran ver cuándo daba cada unx su clase dentro de la organización de ese campo.

Creo que mirándolo desde la perspectiva de el/la estudiante, el hecho de no encontrarse de repente con 11 aulas o 10 aulas, cada una con su lógica y su desarrollo semana tras semana, resulta más amigable.

De algún modo esto se trata por un lado de cuidar la matrícula, no en un sentido numérico, sino en un sentido formativo. Cualquiera de nosotrxs que haya cursado una especialización, un posgrado, un postítulo o algún curso virtual, no puede desconocer que la lógica de la cursada virtual es absolutamente distinta a la lógica de la cursada presencial, y por lo tanto requiere de otra organización. El desafío más grande fue ese: buscar una nueva forma de organización.

Lo que vamos a compartir hoy, es la experiencia que desarrollamos en este campo transversal, una experiencia muy potente desarrollada en primer año, y que tuvo un cierre muy interesante.

UEM: Me encantaría que Ricardo nos cuente cómo lo hicieron y cuál fue el proceso para articular las distintas materias que confluyeron en este campo transversal hasta llegar a armar esa propuesta articulada de enseñanza.

Ricardo Moratto: Primero quiero contar que en años anteriores yo trabajaba la materia Corporeidad y Motricidad durante un cuatrimestre, finalizando en agosto. Aprovechaba el mes de agosto porque justamente al ser de primero lxs estudiantes no tienen exámenes finales, entonces adelantaba el final y lo trabajábamos en grupos en ese mes. Ellxs presentaban una exposición inédita, armada por ellxs; acá trabajamos mucho la creatividad, trabajando justamente estos contenidos muy importantes que es lo que yo evalúo, cómo ponen el cuerpo para poder desarrollar la exposición, porque yo trabajo la exposición especialmente. Para eso, lo que ellxs exponen es de su propio interés, y lo que yo les propongo es que trabajen contenidos de otras materias que estén trabajando en el Instituto. Entonces, cuando les interesa otra materia, arman su propio argumento y eso es lo que exponen en mi trabajo final.

Invitaba a lxs profesorxs a la exposición, consensuando con ellxs el momento para que pudieran estar presentes. Una de las que se interesó mucho fue la profesora Aldana Palazzesi, que tenía el Taller de Ambiente, intervino en alguna de estas exposiciones, a mí me vino muy bien que ella estuviera porque contaba con la especialista, porque yo no evaluaba lo que ellos exponían, sino cómo lo hacían.

Cuando se armó este campo transversal, nos encontramos cuatro materias: un TADI -Taller de Definición Institucional-, en el que se trabaja el ambiente; el Taller de Arte y Educación, Análisis del Mundo Contemporáneo y por supuesto Corporeidad y Motricidad, que es la materia que damos con Lidia Tévez. Ella la da en Inicial y yo, en Primaria. En este caso, el campo estaba integrado por las dos, el de Inicial y el de Primaria, donde había muchxs profesorxs en común.

Particularmente, para mí esto fue un desafío terrible, porque mi materia, Corporeidad y Motricidad, está pensada para trabajar en la presencialidad, poner el cuerpo. Los contenidos que yo trabajo justamente son la imagen corporal, la interrelación entre los cuerpos -físico, mental, emocional-, la actitud, el gesto, con la intención de formar una corporeidad. Encontrarme justamente con un campo donde yo tenía que presentar mi materia en forma virtual, ya fue un gran desafío.

Pero aparte, si nos presentábamos cada cuatro semanas, era muy engorroso para nosotrxs mantener la continuidad.

Empezamos a hacer reuniones en el campo, a ver nuestra propuesta y pensar la posibilidad de un examen final en conjunto. En vez de hacer un examen final por materia, hacerlo en conjunto, tomando un enfoque sistémico de este trabajo. La idea era muy económica, porque con un solo examen interveníamos cuatro materias, los alumnos daban cuatro materias. Así y todo, tuvimos que hacer varias concesiones, por ejemplo, cada materia evaluaba en forma particular, o sea que si había alguna materia que no cumplía con los contenidos, por supuesto no se aprobaba, y cada unx ponía su nota en forma individual.

UEM: Entonces, construyeron un dispositivo común para evaluar, pero había unos criterios de evaluación para cada materia. Y a lo largo de la cursada, ¿ustedes compartían, entre las distintas materias que conformaban el campo, algún espacio sincrónico con lxs estudiantes?

RM: Sí. En mí caso, por ejemplo, todas las semanas yo tenía un encuentro con lxs alumnxs, con cada curso. Y en muchos de estos encuentros intervenían lxs otrxs profesorxs. Tuvo un impacto muy importante que estuvieran, porque nosotrxs lo que queríamos es que ellxs trabajaran los contenidos de todas las materias y que trataran de cruzarlos, y encontramos justamente los momentos y los lugares en los cuales interrelacionar todos los contenidos. Por ejemplo, yo trabajo muchísimo en Corporeidad todo lo que es el estereotipo, y justamente en Arte y Educación romper con el estereotipo es lo importante, y en Corporeidad también.

Después, desde una posición personal, individual, cómo se trata el hecho de transmitir a través del cuerpo, todo lo que implica el tratamiento del ambiente y cómo incide en el cuerpo, es muy importante, y eso lo trabaja el taller de TADI. Y por otro lado la parte política, que es muy importante, que se aborda en Análisis del Mundo Contemporáneo. O sea que encontramos puntos en los cuales nos cruzábamos, íbamos guiando a lxs alumnxs y ellxs iban trabajando los contenidos, los apuntes y la bibliografía.
Lo que se les propuso a lxs alumnxs fue que armaran un argumento trabajando el cruce de todos los contenidos para exponerlo de una forma creativa, diferente a la exposición común y corriente que se hace en un colegio secundario. Esto lo presentarían en el examen final, donde lxs íbamos a evaluar las cuatro materias, lxs cuatro profesorxs.

Todo esto llevó una organización, donde necesitamos juntarnos, debatir propuestas, diagramar encuentros, cosas que hubieran sido prácticamente imposibles en la presencialidad. Y, por otro lado, desde lo personal, era un sueño, para mí y para Lidia, lograr esto. Acá estábamos todxs y teníamos todxs incidencia en el trabajo, y aparte el compromiso que pusieron lxs alumnxs para armar esta exposición de forma creativa, trabajando el cruce de los contenidos. Para mí fue muy rico, y tuvimos exposiciones espectaculares.

Otra cosa que tuvo un gran impacto fue el trabajo en grupo. Hubo grupos pequeños (de dos) y grupos grandes, de ocho estudiantes. Trabajar en esta forma sincrónica el examen, con ocho estudiantes más cuatro profesorxs escuchando, fue una cosa realmente rarísima.

En el caso mío, yo armé un grupo de WhatsApp con todos lxs alumnxs, y algunxs, muy poquitxs, que no tenían otra forma de conexión, al mismo momento que estábamos en Meet, ellxs se conectaban por WhatsApp.

UEM: Parte de lo que nos vino a visibilizar y amplificar la pandemia es la enorme desigualdad que ya conocíamos. Veníamos de un tiempo de desmantelamiento de lo que fue Conectar Igualdad, que hubiera sido tan necesario en este momento, entonces tuvimos que inventar formas para tratar de compensar estas desigualdades y tratar de evitar que nuestrxs estudiantes se quedaran afuera. ¿Ustedes cómo enfrentaron esta dificultad, Sandra?

SG: Ese fue un punto bastante complejo porque, como vos decís, el desmantelamiento del programa Conectar Igualdad hizo que nos quedaran muy poquitas computadoras funcionando, pero muy poquitas, cinco. Para la dimensión que nosotros tenemos, eso es prácticamente nada. Por lo tanto, lo que tratamos de hacer es que las clases se basaran siempre en la clase escrita, por la plataforma, que tuviera algunas características particulares para que todos lxs estudiantes las pudieran descargar o las pudieran ver a través de un celular.
Todos los encuentros sincrónicos, que en general se fueron dando sobre todo después de mitad de año, no al principio, eran convocados en distintos horarios del día, medio abierto a que lxs estudiantes accedieran en el horario en que pudieran a ese encuentro y después, para todo el mundo, era obligatorio poner la grabación en la plataforma, para que, aun no habiendo estado en el encuentro sincrónico, pudieran acceder a ella, el fin de semana si iban a la casa de algún familiar (cuando ya nos pudimos movilizar) o buscar la forma de que pudieran acceder a esa clase que había sido sincrónica, porque sin duda fue la preocupación y la dificultad más grande.

Después se armaron otros dispositivos. El Centro de Estudiantes, por ejemplo, organizó como una suerte de becas de fotocopias a algunxs estudiantes con mucha dificultad económica. Quizás no era solo la dificultad económica. Muchas veces era la dificultad de tener una empresa en su barrio que tuviera la posibilidad de buenos datos o buena conexión en zonas determinadas que acá cuesta mucho, sobre todo en las zonas cercanas a Moreno, o estudiantes que viven en Moreno o en Marcos Paz, aun pudiendo, no tienen servicios de Internet. Entonces, ahí organizamos otros dispositivos, con la propia fotocopiadora del instituto, que se comunicaba y hacía reparto de fotocopias. En algunos profesorados se armaron una suerte de vaquitas, para llamarlo caseramente, entre profesorxs que ayudaban a estudiantes a comprarse sus materiales, se los acercaban a las casas. Había todo un entramado.

Y en esto quiero destacar, por eso lo traía desde el curso de ingreso. Lo que Ricardo y Lidia hacen, en la presencialidad y en la virtualidad, como entramado de esos primeros años, en la conexión con ellxs, en los grupos de WhatsApp, que aun en la presencialidad los arman, yo creo que se convirtió, el año pasado, en un sostén muy importante para esxs estudiantes. Porque, como decía Ricardo, eso de buscar todas las formas posibles para que esxs chicxs pudieran estar, realmente fue maravilloso cómo ese tejido se pudo sostener aun en las condiciones más adversas. Cuando ya hubo movilidad, se juntaban, con sus barbijos y con distancia, en alguna casa de quien tenía Internet, para estar presentes en las clases. Por supuesto, siempre tuvimos ese cuidado, de que no sucediera cuando no podía suceder, pero cuando ya se abrió un poco más, a finales del año pasado, esas cosas también nos pasaron. Y que se pudieran conocer entre ellxs, aun habiéndose visto muy poquitas veces, y que llegaran a armar finales grupales, fue muy importante, como para seguir pensándolo para este año.

Este año el desafío es que ya directamente arrancamos desde la virtualidad, y nunca se vieron la cara esxs estudiantes de primero. Nos sirvió mucho para pensar cómo trabajar este año también.

UEM: Arrancamos este año con un piso más alto que el anterior, porque todxs sabemos un poco más del uso de las herramientas y las plataformas. Sin embargo, siguen sobrevolando algunos interrogantes. ¿Cómo construir grupalidad a la distancia? Nosotros tenemos en claro en el instituto, cuando estamos en la clase, qué queremos que suceda en ese momento, el sentido del encuentro con lxs otrxs. Ahora que el aula es la plataforma, cómo promover los intercambios y propiciar nuestras intervenciones. Ricardo, si pensaras la experiencia 2020, ¿qué cosas te planteás o se plantean de cara al 2021?

RM: Yo creo que la experiencia que hicimos en el 2020 tuvo un impacto muy importante. Dentro del campo, por supuesto, hay profesorxs que tuvieron más incidencia y que lo vivieron más de cerca. Y hay otrxs profesorxs que tuvieron sus dudas, pero yo creo que el impacto que tuvo lxs va a hacer integrarse.

Dentro de la materia Corporeidad y Motricidad, con mis alumnxs, yo trabajo la inclusión, y por supuesto también la exclusión, que fue justamente el tema de este año, a través de aquellos que no tenían forma de incluirse, y lo que menos tenían era por ejemplo un teléfono con un WhatsApp, por eso el WhatsApp fue para mí el hilo conductor.
El impacto que tuvieron los exámenes finales grupales que se pudieron hacer, realmente fue importante, y esto es lo que de alguna manera va a integrar a lxs otrxs profesorxs. El desafío, más que lo que hay que cambiar, es justamente tratar de buscar la manera de demostrarle a lxs profesorxs que han tenido un resultado muy bueno y lograr que entiendan la propuesta. A mí no me interesa imponer nada, el/la que se suma, se suma, y el/la que no, no. Pero me parece que lxs que se integraron a la propuesta valoraron el impacto de la experiencia.

Quisiera nombrar a cada unx de lxs profesorxs que estuvieron en el campo. La profesora Lidia Tévez, que trabaja la materia Corporeidad y Motricidad en Inicial, la profesora Aldana Palazzesi, Sheila Amado, Corina Espósito, Analía Occhiodoro, que trabaja también con la profesora Palazzesi, las dos nos ayudaron mucho con la tecnología, el profesor David Tolosa, Sebastián Martín, los dos profesores de Análisis del Mundo Contemporáneo.

Aldana y Lidia fueron los motores, porque ellas quieren documentar la experiencia, lo quieren registrar como algo que a mí me parece inédito, algo que lo soñé siempre pero que nunca pensé que podía llegar a hacerse realidad.

UEM: Y en parte, las condiciones durante la pandemia también hicieron más posibles los encuentros. ¿Cómo lo vieron, Sandra, en general en el instituto?

SG: Fue agotador en el sentido de que las reuniones se transformaron en lo que era habitual. Las reuniones por estos medios, por Zoom, por Meet (descubrimos un montón de plataformas), la verdad que suponen como una energía que más de dos horas lleva a que unx queda agotadx después de una seguidilla de reuniones. Pero, así y todo, siempre lxs profesorxs tuvieron voluntad de reunirse, lxs fuimos reuniendo, hicimos reuniones siempre más acotadas, por año, por campo, verticales, horizontales, pero siempre acotadas, no de planteles completos, porque nosotros somos alrededor de 300 docentes. Eso tuvo una dinámica, a lo largo del año, muy intensa. Solo dejamos de reunirnos en los momentos de exámenes, para no sobrecargar tanto a lxs profes.
Y este año, arrancamos pensándolo allá en febrero y marzo, en los intervalos de las mesas, con lxs propixs profes, tratar de construirlo con ellxs. Y yo quiero decir en ese punto que cuando armamos para este año, primero que el año pasado, tanto Ricardo como otrxs profesorxs que dan materias donde la presencialidad es fundamental, primero se vieron como en una desazón absoluta de pensar ¿cómo hago esto desde este lugar?, desconociendo también muchxs de ellxs el uso de tecnologías. Pero rápidamente se pusieron al hombro la tarea y se asociaron con otrxs más jóvenes o con más aprendizajes en la tecnología. Cuando empezamos a armar la propuesta que les íbamos a mandar, producto de todas esas reuniones previas que tuvimos, yo lo llamo a Ricardo por tercer año, por otra cosa, porque Ricardo además es profe de educación física escolar, y me dice: “lo único que te digo es que no me toques el campo de 1º”. Ahí hubo una consolidación. Le dije: “quedate tranquilo, el campo de 1º queda igual”.

La loca idea del final, dado de modo colectivo, también, porque nosotrxs habíamos mandado las mesas, alrededor de 1400 mesas, y no todxs lxs profesorxs trabajan el mismo día, por lo tanto no se podía armar, nosotrxs lxs convocamos a cada unx en su día de trabajo, y ellxs se pusieron de acuerdo y nos hicieron una contrapropuesta, se pusieron de acuerdo en qué día podían estar lxs cuatro porque la virtualidad eso sí lo permitió, en la presencialidad es imposible que suceda, y entonces modificamos la organización de las mesas en lo administrativo para que pudieran estar juntxs, en este caso lxs ocho, porque eran cuatro y cuatro en Inicial y Primaria, pero trabajaron a la vez articuladxs entre sí. Se hizo algo que para nosotrxs es muy importante porque después en estas carreras, avanzamos mucho, en 4to, por ejemplo, hay una exposición final de práctica y ateneos, donde las estudiantes se enfrentan a la situación de tener que exponer su análisis de la práctica con un tribunal amplio, y a nosotrxs eso nos parece formativamente muy importante. Es como empezar un camino desde 1º hacia ese lugar. Y yo creo que la virtualidad, en algún punto, en esas cosas que nos resuelve, llegó para quedarse. Nos cuesta muchísimo organizar en la presencialidad por ejemplo ese encuentro de los 4tos, y desde la virtualidad es mucho más sencillo. Y en este tipo de cosas encontramos una solución a un problema que está vinculado a lo laboral, pero que en acuerdo con lxs profesorxs se puede resolver. Y esto sucedió mucho en muchos aspectos, de encontrarnos en horarios diversos, de encontrarnos en el vespertino, aun no trabajando en el vespertino, porque era el lugar donde todxs podíamos estar en una reunión.

Yo creo que la pandemia nos dio la oportunidad de conocernos más, institucionalmente también, conocer mejor y más profundamente la institución que teníamos, las dificultades y las fortalezas de cada grupo de trabajo, y también intervenir e incidir en eso. Como directora, y Ricardo fue muchos años Regente en el instituto, antes de jubilarse, nos conocemos mucho de muchos años. Él fue mi regente y ahora yo soy su directora, además de que fue mi profesor, imagínense. Toda una historia de vida.

La organización en tiempos de pandemia nos permitió incidir más donde hay dificultades. Hubiera sido imposible pensar en entrar a las aulas de todxs nuestrxs compañerxs en la presencialidad. Siempre unx se da una vuelta por el aula, pero no es posible hacerlo en todos los lugares. Desde la virtualidad, sí es posible. Yo puedo ver todo lo que está pasando en el instituto de una manera muy sencilla, que es apretando botones, leyendo clases, y eso nos permite tener una mirada absolutamente completa, compleja, pero también una perspectiva de estrategias de intervención. Dónde vemos situaciones de conflicto, y dónde vemos cosas positivas, porque esto que pasó también lo fuimos viendo, como vemos ahora lo que está transcurriendo en el curso inicial y también alentamos a lxs profes cuando vemos que las cosas salen bien, no solamente para corregir errores, sino también para alentar los aciertos.

UEM: Claro, para potenciar estas experiencias. Como decía Ricardo, para tratar de atraer a aquellxs que todavía estaban reticentes. Cómo necesariamente una propuesta curricular diferente impacta en la organización del trabajo y en la organización escolar. La pandemia, en algunos casos, nos abrió la puerta para avanzar, hacer realidad los cambios necesarios para profundizar el trabajo colaborativo.

Sandra decía al principio que la virtualidad se extendió más de lo que todos pensábamos. ¿Cómo jugó esa extensión? ¿Jugó a favor, en el sentido de que se fueron aceitando los mecanismos, jugó en contra, por el agotamiento de tener que adaptarse a una modalidad que se imaginaba menos extensa, o no influyó?

SG: Hubo de todo. Al principio hubo una mirada de que como era transitorio, íbamos a ir haciendo un acompañamiento más vincular que de profundidad de trabajo pedagógico en contenidos. Si uno mira las primeras clases, en general, eran clases introductorias, de presentación, sin demasiada profundidad de contenidos. Rápidamente nos dimos cuenta que no iba a durar 15 días, tampoco pensamos que iba a durar hasta hoy, pero sí que iba a extenderse un poco más, ya lo empezamos a mirar con perspectiva de que iba a ser hasta mitad de año, y entonces empezamos a conversar de que había que profundizar en algunas cosas.

Y en algunos lugares, también por muchos miedos que surgieron, nosotrxs teníamos muchas cuestiones que ahora tenemos como más certezas, mucha incertidumbre en cómo darles una actividad o cómo evaluar, no podíamos nombrar la palabra evaluación prácticamente. Nuestro instituto tiene varias agrupaciones estudiantiles, un movimiento político estudiantil muy importante, por lo tanto, para nosotrxs siempre es una mirada, cómo están viendo lxs chicxs en este punto, el Centro de Estudiantes y sus organizaciones estudiantiles, siempre muy atentxs a que nadie utilizara determinada palabra en cuanto avanzar en una acreditación de algo, y eso también nos hizo ser muy cuidadosxs, nos hizo revisar mucho cómo hacíamos los planteos en función de la evaluación y qué significaba la evaluación, qué significaba evaluar, porque si no parecía que la evaluación solo era la acreditación, y no una parte del proceso de enseñanza y aprendizaje involucrado en la evaluación.

Porque no es solamente lo que se evalúa, la propuesta y el análisis de esa propuesta, sino también mucho de esto que Ricardo trabaja en 1º, la corporeidad, de cómo ese cuerpo aloja a un cuerpo de un bebé, en el maternal, cómo ese cuerpo se vincula con el otro, en la mirada, en el gesto, y esa mirada y el gesto aloja al otro. Esto quedó bastante desdibujado en la propia evaluación de lxs profes de práctica en este punto, entonces ahí se hizo compleja la extensión.

Pero lo pudimos resolver, parcialmente, porque en la continuidad, a abril del 2020 nuestras estudiantes de 4to de Inicial ahora estaban insertas en los jardines, y la suspensión repentina nuevamente nos detuvo un poco en ese punto. Pero encontramos caminos, con mayor o menor dificultad, fuimos encontrando caminos. Y uno lo observa también en la evaluación de la propia propuesta 2021. Lxs profes tienen absoluta claridad en lo que hay que modificar y lo que no.

Entonces, revisar los currículums priorizados que pudimos hacer el año pasado en función de lo que vamos a proponer en este 2021, es un desafío, pero partimos de un piso de mucha más certeza, de una experiencia acumulada que nos ayuda a pensarla, y en las articulaciones creo que mejoramos mucho.

Antes, lo que nosotrxs intentábamos era decirles, articulen lo más que puedan. Y ahora sentimos que para muchxs compañerxs eso fue una presión, entrar en una suerte de ortopedia pedagógica, forzar algo que no se podía. Entonces, lo ponemos como opción: pueden articular o no, pero van a estar dentro del campo. Pueden armar clases conjuntas por momentos, y por momentos no. Retomar y recuperar la especificidad de algunas áreas también nos parece importante. Por ejemplo, en el campo específico, tener miradas conjuntas de cómo la didáctica se plantea, pero luego poder decir, la especificidad de esta didáctica es ésta y la de esta otra didáctica es ésta, también nos parece que es acertado.

Así que es variado, no hay una respuesta única para lo que nos pasó y nos pasa.

UEM: La verdad, una experiencia interesantísima. Para nosotrxs es muy importante que ustedes la compartan y poder llevarla al resto de lxs compañerxs de los Institutos de la Provincia. ¡Gracias!

Proyecto desarrollado en los Profesorados de Educación Primaria e Inicial. Promotorxs del Proyecto: Ricardo Moratto, Lidia Tévez, Aldana Mariana Palazzesi. Docentes participantes: Corina Espósito, Flavio Selinger, Sebastián Martín, Sheila Amado, David Tolosa, Silvia Derungs, Analía Occhiodoro, Raquel Berón, María Laura Fernandez Rogel, Fernanda Martín