“Pensar en términos pedagógicos todas las dinámicas de trabajo” es el objetivo del Centro de Formación Laboral 403, Carlos Alberto Moreno, de Olavarría. Su directora, Hosanna Cazola, nos cuenta las iniciativas que llevan adelante para vincular la formación con el trabajo, en una sociedad cada vez más compleja. Reconocer los desafíos de construir una propuesta deseada, autónoma y rentable.
Utopías en Movimiento: Queremos que compartan el trabajo que hacen, para poder analizar las relaciones entre educación y trabajo, y ver cómo un proyecto institucional va enlazando con la comunidad y creando vínculos con el contexto socioproductivo. Te pido que te presentes y nos cuentes sobre la institución.
Hosanna Cazola: Yo soy la directora desde el 2018 del Centro de Formación Laboral 403, Carlos Alberto Moreno. Nuestro Centro fue creado en 2008, por un convenio entre la Dirección General de Escuelas y la CTA.
El sentido de poder llevar adelante este convenio, esta forma de pensar la educación, tiene que ver con poner en valor la construcción de conocimiento que hacemos las trabajadoras y los trabajadores, a medida que vamos construyendo las relaciones laborales y los entramados laborales en los territorios.
Siempre nos hemos anclado desde esa perspectiva, y a partir de ahí comenzar a indagar cuáles son las demandas territoriales que hay en la ciudad y darle un enfoque de derecho a la cuestión laboral, a la inclusión. Trabajamos con varios sectores, más que nada vinculados a la economía social, solidaria y popular, para poder generar el lazo que se necesita con la formación y la experiencia del trabajo para alcanzar una dinámica que sea justa, en la distribución de los ingresos, del trabajo, del tiempo. Hace algunos años hemos incorporado también fuertemente la perspectiva de género, y estamos en ese camino.
Cristina Jonic (Secretaria de Formación Profesional del SUTEBA y Coordinadora de los CFP de la CTA de lxs Trabajadorxs de la provincia de Buenos Aires) y Richard Pais (Director del CFP 403 de San Miguel-José C. Paz-Malvinas Argentinas, y electo en los comicios del 11 de mayo como Secretario de Formación Profesional a nivel provincial, y como Secretario General Adjunto del SUTEBA San Miguel) nos cuentan sobre el origen y los objetivos de los Centros de Formación Profesional conveniados de la CTA.
Nuestros Centros de Formación Profesional, que fueron un proyecto largamente acariciado y debatido, finalmente se pudieron concretar bajo la forma de un convenio que firmamos en el año 2007 la CTA de la provincia de Buenos Aires, que en ese momento tenía como Secretario General a Hugo Yasky, con la entonces Directora General de Cultura y Educación, Adriana Puiggrós. Y fueron creados por una resolución ministerial de marzo de 2008.
En ese convenio original se determinó la cantidad de 12 CFP, de los cuales empezaron a funcionar 11. Si hoy tenemos 13, es porque dos de ellos son anexos de otros Centros: El CFP de Patagones es anexo del de Olavarría, y el de Hurlingham es anexo del de La Matanza. Continuamos reclamando que se independicen los dos CFP que son anexos, porque esto les daría una mayor posibilidad de acción y de crecimiento.
Ampliación de derechos
El sueño que acariciábamos era el de brindar una educación desde lxs trabajadorxs, para lxs trabajadorxs, que fuera emancipadora, de calidad, que ayudara a la pelea por el trabajo y por la vida digna, desde y para la clase trabajadora.
Y desde allí, la multiplicidad de cursos que damos, que tienen que ver con las necesidades que puedan tener lxs trabajadorxs de nuestros barrios, ocupados y desocupados, y también lxs trabajadorxs que dentro de la CTA se nuclean en formas novedosas de organización del trabajo, que tienen que ver con lo autogestionario, con lo cooperativo, distintas formas creativas de poder atravesar esta crisis mientras vamos peleando por una sociedad más justa, con trabajo digno para todxs y condiciones de vida en felicidad.
Todo aquello que se discute nacional y provincialmente en materia de ampliación de derechos está presente en nuestros Centros: cuestiones de género y diversidad, derechos humanos, recuperación de la memoria histórica, seguridad e higiene en el trabajo, derechos de la infancia, nuevos formatos familiares. Todas estas problemáticas están presentes en nuestros Centros de Formación Profesional.
UEM: ¿Qué particularidades tiene llevar adelante un proyecto en un Centro conveniado, en el marco de la CTA de lxs Trabajadorxs?
HC: La impronta que tiene es la responsabilidad de pensar en términos pedagógicos todas las dinámicas de trabajo. A nosotras el desafío que se nos presenta cada año es poder tomar la experiencia del año que transcurrió, las demandas, las necesidades que surgieron, y eso poder transformarlo en una experiencia pedagógica que pueda brindarles a lxs estudiantes las posibilidades de crecer y de avanzar en sus proyectos, en los desafíos de formación.
Nosotras siempre lo que intentamos es poder tomar un eje de trabajo. En estos últimos años ha sido el área textil y la gastronomía, y empezar a estudiar y a investigar qué es lo que se necesita en el territorio, qué necesitan lxs trabajadorxs, cuáles son sus deseos, cuáles son los desafíos incluso personales o individuales que tienen, para luego transformarlos en alguna forma de organización, en alguna política pública que pueda dar respuesta a algún colectivo.
En ese proceso, por ejemplo en el área textil, estamos desde el año 2012. En ese momento arrancamos con un proyecto que fue la conformación de una cooperativa textil, con toda la impronta que había en ese momento del Estado, del área de Desarrollo Social; participamos de la experiencia de Danza por la Inclusión, con las compañeras haciendo todo el vestuario. Todo ese proceso continuó hasta el día de hoy, cuando estamos culminando un proyecto de un centro de servicios en el área textil, que tiene que ver con poder brindarle a las emprendedoras el salto de producción que necesitan en lo que tiene que ver con la moldería digital, para poder pensarse en una dinámica más amplia, más grande, y que tenga que ver necesariamente con el asociativismo. En soledad, va a ser muy difícil que ellas puedan generar ese salto, y de manera colectiva es posible.
UEM: Una fuerte impronta política. Vos hablabas no sólo de esta construcción que se va dando colectivamente, que lo remarcás desde el comienzo, sino también de la organización. El Estado construye política pública, pero lxs trabajadorxs organizadxs son lxs que reconocen las necesidades y generan agenda para traccionar esa política pública.
HC: Tal cual, y tiene que ver con un proceso de formación, de visibilizar, de hacer conscientes todos esos derechos y necesidades, y subrayo también la cuestión del deseo, porque es algo que venimos trabajando desde hace un tiempo, que tiene que haber un deseo por ese objetivo, por ese proyecto. Tiene que calar también en lo personal, porque si no estamos empujando una situación que no sabemos si es realmente lo que los compañeros y compañeras quieren para su vida.
Y hay una demanda muy grande al momento de pensar un proyecto de cooperativismo, de asociativismo, cuando hablábamos de que necesariamente para crecer en el mundo laboral hay que pegar un salto de producción.
Pero, ¿es el deseo de lxs compañerxs llevar adelante eso? Hay una dimensión de lo político, que trabajamos en el sentido de poder hacer a lxs compañerxs parte del proyecto y que sea algo propio.
Cuando arrancamos en 2008, y hasta 2012, teníamos nosotros, la necesidad propia, como organización, como CTA, como sindicato, como Trabajadoras de la Educación, de que se generaran estos espacios de trabajo, pero llevó varios años más poder madurarlo, y que realmente sea un proyecto de lxs compañerxs.
UEM: Es fundamental esto que vos decís, cómo se va tejiendo esta trama entre los proyectos de vida personales y las posibilidades, con el deseo imbricado en esto, de vincular con ese contexto socioproductivo para que esto se traduzca en un proyecto de trabajo interesante, deseado, y por el cual sienten la necesidad de formarse para eso, para transformar la realidad.
UEM: ¿Cómo está diseñada la propuesta formativa del Centro?
HC: Nosotras estamos con los trayectos formativos, lo cual nos dio la posibilidad de dictar módulos de esos trayectos y aprovechar mejor las horas. Tenemos una cantidad reducida de horas en nuestro Centro, 100 horas, así que intentamos utilizar esas horas para dar una oferta variada. Y en el sentido de esto que hablábamos, de poder atender a varias demandas y necesidades que tienen los distintos sectores.
Nuestra oferta está localizada en el área textil, en gastronomía, y en el área digital o de informática. Fuera de esas tres áreas, tenemos un curso de huerta, que lo sostenemos porque, si bien no está dentro del proyecto institucional, es un convenio que tenemos con una Escuela Especial de Olavarría, y la verdad es que nos ha quedado un espacio muy lindo y de trabajo muy inclusivo. Tenemos que buscarle igual la vuelta aún para poder pensar en ese trayecto formativo que tenga algún anclaje más vinculado al trabajo.
En el área textil tenemos un trayecto formativo de modista, que es el básico, para iniciar en el mundo textil, y luego pasamos a las especializaciones: moldería avanzada, diseño textil digital, (que es una propuesta nuestra, por fuera de nómina, que la generamos porque notábamos que había esa necesidad y no estaba en la oferta).
Luego tenemos uno de tizada y corte industrial, vinculado a la producción, y otro de reciclado de prendas y residuos textiles. En ese sentido también había una gran demanda desde las juventudes, para poder pensar esto del desecho que genera la industria textil y comenzar a dar algún tipo de respuesta.
“Nuestra oferta está localizada en el área textil, en gastronomía, y en el área digital o de informática”
Nosotras tratamos año a año que cada una de las experiencias que vamos teniendo y de las decisiones que tomamos en torno de lo pedagógico, poder pensar en términos políticos qué se puede generar, qué construcción de conocimiento, qué discusión, qué disputa podemos dar a partir de ese acumulado que se va generando año a año.
En el área de gastronomía, anclamos en dos trayectos: pastelería y cocina. Y tenemos uno de cocina vegetariana.
Tenemos un trayecto de auxiliar de familia, especializado en cuidado de personas con discapacidad, que también es un área que nos convoca mucho por el trabajo en género que desarrollamos en el Centro y que es una demanda enorme. Dar respuesta al cuidado de personas tanto transitoria como permanente.
En el área digital, estamos con un trayecto de programación, que nos sorprendió. Fue una apuesta que hicimos, principalmente a partir de una necesidad del Instituto Provincial de Formación Laboral, el IPFL, que nos planteaba que había una demanda. Y esa demanda existía: tenemos una matrícula de 22 personas, que no la esperábamos.
Y el resto de los trayectos tiene que ver con redes sociales, marketing digital y habilidades digitales, vinculados también a poder pensar en la salida laboral, principalmente, o en la construcción de algún proyecto individual o colectivo de trabajo.
UEM: Mencionaste al IPFL. ¿Podés ampliar de qué se trata?
HC: El IPFL es el Instituto Provincial de Formación Laboral, que depende del Ministerio de Trabajo. Desde 2018 se hizo un movimiento donde los Centros de Formación conveniados pasan a depender de la órbita del Ministerio, con respecto a la construcción de la planificación y el lineamiento político de la formación, por- que seguimos dependiendo de Educación para las designaciones, para los sueldos de lxs trabajadorxs, y la certificación también es extendida por Educación. En cuanto a los diseños curriculares, algunos son del INET y otros del IPFL.
UEM: En este armado de trama, por un lado tenemos al IPFL, pero suponemos que también hay otros actores locales, con los cuales ustedes se van vinculando. ¿Cómo es ese trabajo de vinculación?
HC: Sí, nosotras tenemos mucho desarrollo con lo que es Educación, mucho vínculo con la Distrital, la Regional, las diferentes instituciones con las que intentamos articular. Por una lógica propia del sindicato siempre estamos recibiendo demandas o generando alguna instancia de formación, acompañamiento, intervenciones. Y, por otro lado, tenemos articulaciones con la Mutual Moreno, que es la mutual del SUTEBA, una herramienta fundamental que usamos para pensar estos proyectos de asociación y de acompañamiento a emprendedoras y emprendedores.
Tenemos algún vínculo con el Municipio, con el área de empleo. También llevamos adelante toda una articulación el año pasado para la aprobación del crédito fiscal. El crédito fiscal acá lo otorga la empresa Loma Negra. Hay todo un trabajo de hacer conocer y de construir la organización, en términos políticos, de organizar a lxs compañerxs para que puedan visibilizar el trabajo que se hace y generar una correlación de fuerzas que pueda dar lugar a que sea escuchado, al menos.
Fuimos escuchadas, pudimos presentar el proyecto y ganamos el crédito fiscal, y con eso vamos a comprar un software para digitalizar el proceso productivo del área textil. Y a partir de la adquisición de ese software, junto con alguna otra maquinaria, es que vamos a llevar adelante el Centro de Servicio, con cada una de las áreas para la comunidad.
UEM: A veces el término emprendedor se puede tomar como un concepto totalmente individual y aislado, pero también se puede considerar como lo planteás vos, vinculado a emprendimientos teniendo en cuenta la generación de un proyecto colectivo.
Me gustaría que amplíes un poco en qué consiste esto del crédito fiscal.
HC: Los créditos fiscales se gestionan en una primera instancia a partir de las mesas del COPRET (Consejo Provincial de Educación y Trabajo), que se realizan en cada uno de los territorios, principalmente con el área de Educación, de Formación Técnica Laboral y con los empresarios de la ciudad que quieran participar.
Generalmente, lo que sucede en los territorios como el nuestro, más del interior, es que participan las escuelas técnicas y los espacios rurales, las mesas rurales, donde hay una demanda de trabajo del sector rural para con las escuelas técnicas. Hace unos años hemos podido incorporarnos, junto con otros Centros de Formación, para tener otra perspectiva, y ahí se genera un poco la demanda de lo que se necesita en el territorio en términos de formación o especialización.
Con ese aval del COPRET es que se puede acceder al crédito fiscal, o es una de las patas más importantes del crédito fiscal. El crédito fiscal es un proceso que se da durante varios meses. Inició ahora, esta semana hubo una primera reunión, y las grandes empresas de la ciudad, para generar un beneficio fiscal propio, generan fondos para dárselos a entidades educativas.
Se presentan proyectos, que son bastante complejos, tienen un formato, una burocracia importante. Tiene que ser un proyecto productivo que tenga un anclaje pedagógico. Hay un acompañamiento, un asesoramiento técnico, pero necesita de una visión que muchas veces trasciende lo real. Nosotras planteamos este proyecto que tenemos del centro de servicio, desde la necesidad de formación de lxs emprendedorxs en el área textil, pero quizás lo que se presenta en el proyecto como principio y fin sabemos que está atravesado por muchas complejidades.
Pero bueno, es posible, hay muchas instituciones que se presentan, hay muchas exigencias, pero nosotras nos dimos cuenta en ese proceso que era necesario generar un acumulado de sectores que nos acompañen, que vean la necesidad y que vean el trabajo real que se estaba llevando adelante para poder tener un respaldo, y esto que decimos siempre de la construcción de una correlación de fuerzas que se tiene que dar para estos lugares que tienen otra lógica para pensar los financiamientos, las cuestiones pedagógicas y las necesidades de trabajo. Pero bueno, lo logramos, y por supuesto que estamos a disposición para ampliar la experiencia con los compañeros y las compañeras que lo soliciten.
UEM: Con respecto al seguimiento de lxs compañerxs que van egresando del CFP, ¿tienen algún trabajo de seguimiento, no solo de lxs compañerxs, sino de la propuesta, de qué va ocurriendo con eso que se va armando?
HC: Sí, pudimos darle una forma e institucionalizarlo no hace mucho tiempo, hará cuatro o cinco años, en esta lógica de poder pensar que la oferta formativa debe ser progresiva y comenzar a dar respuesta a esos grupos que van generando algún trabajo particular o colectivo. Y ahí pudimos lograr un poco el seguimiento de saber dónde están lxs compañerxs. Tenemos compañerxs que nos acompañan hace seis años, siete, y vamos dándole respuesta a esa formación. Pero logramos hacer el seguimiento en términos de pensar y desarrollar una oferta formativa progresiva que esté anclada en la realidad de esos grupos. Hay grupos para los que no necesitamos abrir inscripción, por ejemplo, porque todo ese grupo que estaba haciendo en el año anterior un trayecto formativo, pasa automáticamente al año siguiente, que es una especialización o que tiene una complejidad más avanzada que la que venían haciendo.
UEM: ¿Qué es lo que necesitan? ¿Qué estaría faltando? En la proyección del Centro hacia adelante, ¿qué necesidades detectan?
HC: Necesitamos mejores entornos formativos, eso seguro. Estamos incursionando en un área digital para la cual nos dimos cuenta que nos están quedando viejas las computadoras que tenemos, que también eso es un aprendizaje, poder visibilizar esas cosas. Entornos formativos necesitamos, pero creo que principalmente el desafío que tenemos de acá en adelante es poder construir realmente una oferta de formación y trabajo que pueda ser autónoma y que sea rentable, que sea posible para la subsistencia de lxs compañerxs.
UEM: Claro, de acuerdo al concepto de trabajo que manejamos en la CTA, que permita generar los recursos para desarrollar el trabajo como derecho humano…
HC: Claro, una de las grandes preocupaciones que siempre tenemos es qué hacemos si nos toca nuevamente un gobierno neoliberal. Si nosotras hacemos nuestras propuestas muy ancladas en los recursos del Estado, ¿qué va a suceder si en algún momento esos recursos no están? Que fue un poco el proceso que hicimos, y que logramos salir y lo estamos construyendo nuevamente. Pero nos pasó con la cooperativa textil. Todo el trabajo que llevaba adelante la cooperativa era a través de convenios con el Estado, y cuando el Estado se borró fue muy complejo que esa cooperativa ingrese al mercado laboral y a competir con otros sectores, y realmente no se pudo sostener. Hoy le estamos dando otra vuelta y generando otra instancia, pero ese es nuestro desafío principal.
La CTA de los Trabajadores es una organización sindical que considera trabajadores a “todos los individuos que con su trabajo personal desarrollan una actividad productiva y creadora dirigida a la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales”. Busca representarlos y luchar por la profundización de una democracia real que garantice los derechos políticos, económicos y sociales de la población. (N. de Edición)
UEM: ¿Y con respecto a la formación permanente, la formación de quienes son formadorxs dentro del Centro?
HC: Esa también es una necesidad que tenemos, porque hay momentos en los que nos encontramos que no nos alcanza la formación que tenemos para las necesidades y las complejidades que hay en determinados sectores del mundo del trabajo.
“Una de las grandes preocupaciones que siempre tenemos es qué hacemos si nos toca nuevamente un gobierno neoliberal. Si nosotras hacemos nuestras propuestas muy ancladas en los recursos del Estado, ¿qué va a suceder si en algún momento esos recursos no están?”
UEM: El derecho a la formación permanente es inherente a nuestro puesto de trabajo.
¿Hay ofertas dentro del campo de la formación profesional, tienen posibilidades de hacerlo de forma gratuita, garantizado por el Estado?
HC: Sí, hay una iniciativa importante del IPFL, el instituto provincial, con una oferta interesante vinculada al IPAP (Instituto Provincial de la Administración Pública), que se está dando de manera virtual, sí, se está generando. Por supuesto, lo que siempre nos falta a lxs trabajadorxs es tiempo.
UEM: Antes de despedirnos, ¿hay algo más que quisieras agregar?
HC: Sí, que toda esta impronta y el desarrollo de nuestra oferta pedagógica y de trabajo en el Centro de Formación es una construcción colectiva que se ha dado en el tiempo, acompañada de la mirada política que tiene nuestra Central y posicionándonos siempre desde una perspectiva de derecho, de género, una mirada transversal de lo que tiene que ver con los derechos laborales y los derechos humanos de cada una de las personas que lo transitan.