ESTUDIANTES CON CAPACIDADES DIFERENTES: DESAFÍOS EN LA FORMACIÓN Y EN EL TRABAJO DE ARTICULACIÓN

Conversamos con la profesora Claudia Pibernat y con la licenciada Alina Benjuya sobre el proyecto de articulación entre el Instituto Superior de Música José Hernández y la Escuela de Educación Especial «Delta de Tigre», una experiencia casi inédita en el nivel terciario.

Utopías en Movimiento: Estamos con Alina y con Claudia y les voy a pedir que se presenten y cuenten esta experiencia que van a compartir y en qué lugar la están desarrollando…

Alina Benjuya: Soy terapista ocupacional de la Escuela de Educación Especial Nº 506 de Tigre, para alumnxs con discapacidad sensorial, sordxs, hipoacúsicxs, disminuidxs visuales y ciegxs. Además, soy estudiante del Conservatorio de Música José Hernández.

Claudia Pibernat: Soy pianista, docente del Conservatorio José Hernández, y también de otras instituciones musicales como la UNA y el Conservatorio Piazzola. Tuve oportunidad hace unos años, dentro de la carrera, de tomar contacto con Alina, primero como estudiante, y hoy tengo la oportunidad y la alegría de compartir el trabajo como colega también.

UEM: Alina, nos gustaría que nos cuentes un poco cómo surgió la idea de este proyecto.

Alina: Hace un par de años, la Dirección General de Cultura y Educación dio un seminario en La Plata sobre musicografía braille, que es la transcripción de partituras en tinta al braille, para que las personas ciegas tengan igual nivel de acceso a las partituras y a desarrollarse en la música. Nos donaron un teclado e iniciamos una introducción general dentro de los apoyos de sede que existen para todxs lxs estudiantes de Visuales. El proyecto se inició a fines de 2019. La idea fue profundizándose y expandiéndose más. Después, ya en pandemia, me especialicé en musicografía braille y empecé particularmente con Lucía, una alumna adolescente ciega que tenía ciertas habilidades o cierta inclinación específica, en un trabajo puramente virtual, obviamente. Con todo el apoyo técnico docente del equipo de Visuales fuimos desarrollando todo un año pandémico y musical. Y partimos de base casi cero desde lo académico, pero con cierto nivel de experiencia desde lo fáctico.

UEM: ¿Cuál es tu formación de base?

Alina: Dentro de la Escuela de Educación Especial soy parte del equipo técnico, somos profesionales de salud en rehabilitación, lo que se llamaba antes Gabinete. Específicamente, mi rol es de terapista ocupacional.

UEM: Tu puesto de trabajo sería dentro del equipo y tu formación de base es terapia ocupacional…

Alina: Exactamente. Así que como alumna del Instituto Superior de Música José Hernández tuve la oportunidad de brindar una master class y luego un video de difusión para tratar de incentivar la idea de que hay un otro que también puede acceder a la música y a la formación, pero que tiene otro tipo de capacidades. Y de alguna manera la idea era unir las dos situaciones: el trabajo en la escuela y la música. Y echamos a andar con la ayuda de todo el equipo, trabajamos muy bien en la 506, de eso estoy muy orgullosa.

UEM: ¿Quiénes son tus compañeras de equipo con las que armaste el proyecto?

Alina: Fundamentalmente tuve el apoyo de dos docentes de Lucía que son maestras de inclusión, Paola Leiva y Noelia Juárez. Lucía está con nosotrxs desde Servicio de Atención Temprana del Desarrollo Infantil (ATDI); empezó a los 3 años y ahora tiene 15. Es decir que hizo ATDI, inicial, primario y ahora está con sus maestras de inclusión en secundario. Ella está cursando tercer año del colegio secundario, y la Escuela 506 hace la integración. De todas maneras, desde la Escuela Especial, los visuales tienen apoyos distintos: tienen braille, orientación y movilidad, actividades de la vida diaria –que ahí es donde trabajo fundamentalmente yo–, actividades en contexto, que tiene que ver todo con el ámbito social, productivo, de estudio, todo lo que tiene que ver con las relaciones. Y de puertas adentro, con el manejo de todas las cosas del hogar, la cotidianidad.

UEM: Es decir que el proyecto en sí, este trabajo en articulación además con Claudia, ¿empieza a andar antes de la pandemia?

Alina: Sí, lo que pasa es que la articulación puntual con el Conservatorio llega a nivel institucional este año, en el 2021. Porque hay muchos pasos antes para dar, para hacer acuerdos interinstitucionales y damos este primer gran paso que tiene que ver con la inclusión en ámbito terciario. En general la experiencia bonaerense es en los niveles inicial, primario y secundario. Son contadas con los dedos de la mano las experiencias de inclusión de nuestrxs estudiantes en terciario. Por eso resultó todo un desafío. La idea era hacer camino al andar. Claudia se incorpora desde el Conservatorio cuando hacemos la articulación. Siempre se trabaja entre el Nivel y la Escuela Especial. El alumno es nuestro eje.

UEM: Claudia, ¿esta fue tu primera vez de articular con la Escuela Especial?

Claudia: No, la situación es esta. Yo ya había tenido una experiencia previa con alumnxs no videntes en el Conservatorio de Música Astor Piazzola, en CABA. Hay una realidad que manejamos, y un poco lo esbozaba Alina: en la mayoría de los terciarios, puntualmente dentro del campo artístico, la realidad es que los niveles de inclusión con lxs estudiantes de capacidades diferentes son muy diversos. Hay instituciones donde prácticamente es nula la integración o no se han dado los casos de tener estudiantes con capacidades diferentes. Hay otros profesorados que lo tienen más incorporado, tal vez por la población del alumnado, por las experiencias propias. Yo había tenido algunas experiencias con alumnxs no videntes, pero no en el Instituto Hernández. Y las que había tenido eran a título personal. Es decir, hay que tener en cuenta que en líneas generales la población que encontramos en un terciario son adultxs que toman una iniciativa propia dentro de sus características, deciden iniciar un recorrido artístico, la música, lo visual, teatro, lo que fuera. En este caso, la primera situación particular que se nos presentaba con Lucía era que, al ser como relataba Alina, una alumna de media, generaba una necesidad de articulación institucional diferente.

Y, por otro lado, en el caso de ella se sumaba la virtualidad, dado que nos estábamos manejando dentro de esta primera parte del año, con lo cual para un estudiante no vidente se duplica el desafío, porque no solo es enseñarle música, sino además con una pantalla que solamente escucha. Así que creo que fue un aprendizaje compartido para todxs. Haciendo el trabajo con alumnxs no videntes en forma presencial, uno tiene posibilidades de recurrir a otro tipo de percepciones corporales, a la marcación de ritmo, a la imitación sonora, escucha el tono de la voz, escucha el ejemplo en el instrumento, pero son todos elementos que con lo virtual se nos dificultan mucho.

 

“En general la experiencia bonaerense es en los niveles inicial, primario y secundario. Son contadas con los dedos de la mano las experiencias de inclusión de nuestrxs estudiantes en terciario”.

 

UEM: Tal vez haya una vacancia en la formación inicial, en relación a trabajar con las distintas necesidades que puede haber desde una perspectiva de inclusión. ¿Cómo lo ves?

Claudia: Sí, coincido. En líneas generales queda de alguna forma sujeto a las posibilidades de cada institución. Es un espacio que hay que recorrer, y es importante focalizar la formación de trabajo con estudiantes de diversas capacidades.

Alina: Charlábamos con Claudia que uno de los objetivos de este nivel de difusión que nos están ofreciendo tiene que ver con generar, de alguna manera, una posibilidad de seguir andando en la integración institucional para fomentar este tipo de experiencia, no para que quede una cosa aislada. Hay mucho temor en todos los ámbitos que tienen que ver con discapacidad. Y algo que por ahí me parece que hace la diferencia es, en el caso de Lucía, más allá de lo que haga de su vida en general, porque en definitiva es una adolescente, el trabajo conjunto, el sostén permanente que tenemos entre Claudia y yo para sostener este trabajo diario de Lucía. Estar todo el tiempo charlando y viendo qué aparece de un lado y del otro.

UEM: ¿Cómo buscar tiempos que permitan el trabajo colectivo? Me parece muy interesante lo que planteás, en el sentido de dar difusión a este tipo de experiencias porque dan cuenta de que es posible. Septiembre fue el mes del centenario de Paulo Freire. Y uno de los aspectos que estuvimos trabajando a lo largo del mes es ese inédito viable que plantea Freire, cómo ciertas experiencias nos muestran que otras formas de organización son posibles. ¿Qué debates se dieron frente a este desafío que se les planteaba en relación a hacer posible esta propuesta?

Claudia: Se va haciendo camino al andar y los debates surgen a partir de lo experiencial y la observación sobre los resultados. Dos elementos que yo rescato como muy positivos son la integración institucional y el acompañamiento, en este caso desde el lado de la terapia, desde el lado de lxs docentes integradorxs, etc. Que en otros niveles está un poco más aceitado e incorporado. Por ejemplo, en el nivel primario, en el inicial, donde es frecuente la figura del maestro integrador, el acompañante terapéutico, etc. Pero en un nivel terciario no es tan frecuente, por no decirte que es rarísima la excepción, básicamente porque nos encontramos en general con una población adulta, con la secundaria terminada, con otro tipo de autonomía. Entonces, a mí me parece que tener esta posibilidad de incluirlo ya en la escuela media, nos permite un trabajo mucho más integrado y mancomunado con diferentes abordajes, en este caso desde una mirada más musical, desde la mirada de los docentes que acompañan a ese estudiante, como decía Alina, con un recorrido previo de muchos años, con la mirada o el aporte del especialista que va trabajando en la integración. Entonces, eso fue todo un campo de trabajo, de debate, de incorporar elementos nuevos, de discutir metodologías, de adaptarse a la expectativa del alumno. Tener una currícula donde se trabajan determinados aspectos, es diferente del estudiante que se acerca a una actividad expresiva artística como parte de su enriquecimiento personal, pero no necesariamente con una expectativa de un nivel terciario.

Alina: Fuimos ajustando diariamente y no estoy exagerando. No somos los únicos actores en esta historia. Por supuesto, la actriz principal es la estudiante y acá estamos apuntalando y llevando a cabo esa trayectoria educativa, pero acá opina mucha gente y también sostiene o deja de sostener. No solamente lxs docentes de inclusión, otrxs docentes dentro del Conservatorio, la familia, el contexto, hubo que adaptarse muchísimo al contexto habitacional y familiar de la estudiante. Cuando la estudiante va a la escuela de forma presencial o al Conservatorio, de alguna manera el formato está dado por la institución. Y en realidad, lo que hicimos fue amoldar las instituciones a la realidad por la que atravesaba no solamente Lucía sino todxs nuestrxs alumnxs en pandemia. Pasamos por distintas etapas. En principio fue la expectativa general. Claudia tiene un manejo pedagógico súper interesante como para poder acercarse sin la rigidez de un terciario que de alguna manera impone un montón de tiempos y reglas. Arrancamos con una expectativa académica alta que fuimos amoldando a la realidad. La musicografía es una pata importante que al principio tenía un protagonismo muy fuerte, y de a poco nos fuimos dando cuenta que en realidad, por lo menos en este tipo de situación que estamos manejando hoy por hoy, era prioritario abordar los conocimientos y la práctica facilitándole ese camino, para luego llegar a la lectoescritura de musicografía. Porque estábamos barajando dos lenguajes nuevos, muy difíciles de abordar. Uno es el lenguaje musical per sé y otro es el lenguaje de la musicografía braille. Si bien la alumna maneja braille, no es lo mismo.

UEM: O sea que ustedes decidieron empezar por lo que sería familiarizarla con el lenguaje musical, esa sería la estrategia didáctica, el camino que eligieron. Y entonces, ¿cómo es familiarizarla con el lenguaje musical en este contexto?, porque además me contaban que Lucía está dispensada, así que por lo tanto lo hacen a través de encuentros virtuales.

Claudia: Hay una realidad a favor con la cual contamos. Primero, Lucía traía unos meses previos de experiencia musical en forma autónoma, autodidacta, más por una búsqueda intuitiva que por formación académica. Pero era por supuesto valioso, útil y rescatable. Y otro elemento en el caso de lxs estudiantes en general, las personas disminuidas visuales o no videntes tienen un desarrollo auditivo superlativo. Esto lo conocemos todos. Por lo menos en el 95% de los casos. Entonces, trabajamos de entrada con estas dos herramientas a favor, como para tratar de capitalizar sus experiencias musicales previas a través de un desarrollo auditivo importante. Ese fue el primer punto. Otro elemento que normalmente se trabaja tiene que ver con la percepción corporal, el descubrimiento de la rítmica corporal, etc., que en líneas generales es una herramienta con la que se trabaja mucho con el estudiante no vidente, pero que en pandemia lo teníamos descartado, porque a través de una pantalla que ni siquiera la puede ver se hace muy difícil que uno le diga “caminame tres negras”. Es irrealizable, básicamente. Razón por la cual apuntamos a ir desarrollando el trabajo de la memoria espacial, que también es un elemento que ayuda mucho en el caso de la música y que es muy utilizado por lxs estudiantes con baja visión. Y a partir de ahí se fue desarrollando todo lo que era la coordinación audio-motora, es decir, de lo que escucho, para dónde me muevo, dónde me ubico en el teclado, y trabajar sobre los elementos de la creatividad, la inventiva. Copiar diferentes melodías que escuchaba en distintos ámbitos y que las pudiera reproducir y recrear, fue algo que nos ayudó a la estrategia apuntando a esta virtualidad a la que teníamos que adaptarnos.

UEM: ¿Esto ya lo hacían utilizando algún teclado?

Claudia: Sí, Lucía tenía en su poder un teclado, porque ella ya había hecho unos meses de música previamente. Entonces contaba con un teclado en su casa y con la conexión virtual que le permitía ir siguiendo las pautas.

 

“Lucía traía unos meses previos de experiencia musical en forma autónoma, autodidacta, más por una búsqueda intuitiva que por formación académica. Además, en el caso de lxs estudiantes en general, las personas disminuidas visuales o no videntes tienen un desarrollo auditivo superlativo”.

 

UEM: ¿Y en qué momento toman la decisión de incorporar la cuestión del lenguaje de la musicografía?

Claudia: Se va haciendo gradualmente. Ella tenía alguna información previa, conocía más o menos lo básico de la escritura rítmica, trabajamos con lo auditivo y después es lentamente ir incorporando, de la misma forma que incorporan su lectura braille para el lenguaje hablado, el tiempo que le lleva ir incorporando todos los signos de la musicografía, de la lectura braille aplicada a una partitura musical.

UEM: Alina, ¿cómo fuiste vos viendo y acompañando todo este proceso?

Alina: A mí me parece indispensable tener una contraparte como Claudia. No es cualquier docente. Tiene mucha percepción de la situación, tiene un nivel de paciencia enorme, pero puede entender y trabajar sobre lo concreto de la expectativa del otro y no ajustarse únicamente a lo que hay que hacer. Otra cuestión para tener en cuenta es que se nos presentaron algunas dificultades en términos técnicos, los teclados se rompen, las máquinas donde escribo braille se rompen, transcribo pero no tengo donde imprimir porque en la escuela está rota la impresora. Muchas cuestiones que trabajamos con la familia, con la escuela, para ir tratando de salvar esos obstáculos. Originariamente pensamos el proyecto como dos cuestiones fuertes: uno es todo lo que significa la música, que eso lo sabemos para cualquier ser humano y en particular para alguien que esté interesado. Y la otra pata de la cuestión tiene que ver con una posible y concreta salida laboral.

Realmente es una fuente de trabajo interesante y permanente para una persona ciega que se dedica formalmente a la música. No importa si es Lucía o no, la idea es pensarlo a nivel macro, la idea es como decíamos al principio, instalar esta dinámica. En las escuelas especiales estamos como muy acostumbradas a luchar contra viento y marea. Pero me parece que la brecha acá está abierta en las instituciones. Como decía Claudia, los otros niveles están acostumbrados, en este Conservatorio y en otro, cada uno lo aborda como puede. Entonces, de alguna manera, empezar a tener un cierto modelo en donde alguien puede referenciarse en esta experiencia, me parece que ahí está la riqueza del asunto.

UEM: Podríamos hacer un listado de obstáculos y alternativas. La escuela sola no puede y necesitamos también, no solo de esta relación que plantean ustedes con la familia, la vinculación de una institución con otra, sino un Estado presente. ¿Qué pensás que haría falta, en términos de política socio educativa, para acompañar el desarrollo de estas propuestas?

Claudia: Estaba reflexionando sobre tu pregunta, que es muy interesante, y la vinculo con un elemento que recién trasmitía Alina que me parece destacable. Ella mencionaba el tema de la música como fuente laboral, y de hecho lo es. Y lo relaciono con esta consulta sobre las políticas educativas. De hecho, el Estado nacional cuenta con instituciones musicales de gran prestigio y de muchísimos años, instituciones profesionales orientadas al desarrollo musical de lxs no videntes. Empiezo por mencionar el Coro Polifónico de Ciegos y la Banda Nacional de Ciegos, organismos que dependen del Ministerio de Cultura de la Nación y que están nivelados con la Sinfónica Nacional. Estamos hablando de organismos estatales de nivel profesional a los cuales se accede por concurso de gran trayectoria. Tal vez, como docentes tendríamos que pulir la llegada o la posibilidad de acceso a aquellas personas interesadas en su formación, de transitar esa formación para acceder a esos niveles de excelencia pensados para lxs artistas no videntes. Y reflexionando sobre tu consulta, pensaba que uno de los elementos que sería importante trabajar es la formación dentro de los profesorados, dentro del nivel terciario, que nos eduque y nos forme a lxs docentes para el trabajo con las diferentes capacidades especiales, visuales, auditivas, motrices.

Muchas veces, la mayoría de nosotrxs hacemos nuestro profesorado, unx se forma, hace algún curso, pero en general no está incluido en la formación académica de base esto de tener contacto con estudiantes con capacidades diferentes. Entonces, cuando unx llega al aula, cuando unx se encuentra con esto, dice ¿ahora qué hago? Me parece que uno de los elementos a tener en cuenta es de qué forma se va incorporando en los trayectos terciarios, en los diferentes profesorados, esta formación dentro de nuestra formación docente, el trabajo con estudiantes de capacidades diferentes. Y formarnos para tener herramientas para eso.

 

“El Estado nacional cuenta con instituciones musicales de gran prestigio y de muchísimos años, instituciones profesionales orientadas al desarrollo musical de lxs no videntes”.

 

 

UEM: Alina, ¿qué pensás?

Alina: Coincido absolutamente con Claudia, porque si no termina siendo una entrada de casualidad, de carambola, termina dependiendo de la buena predisposición. Por ejemplo, Claudia tiene buena onda o buena predisposición y otro docente no.

UEM: Termina siendo voluntarismo, ¿no?

Alina: Y eso no es proyección educativa. Es buena voluntad, que esta bárbaro, pero la idea es formalizar eso. Y también es cierto que a todo el mundo le pasa, nadie nació sabiendo y se asusta y no sabe qué hacer. Entonces, tomando eso y resumiendo, a mí se me ocurren algunas cuestiones muy específicas:

 

  • Algún tipo de cargo dentro de los Conservatorios que tenga que ver con Especial. De hecho, hay algún que otro Conservatorio que tiene un posgrado en Educación Especial, por ejemplo. O hay otros que tienen el cargo en vez de profesor, es la persona que da musicografía y se ocupa aparte de la transcripción permanente de partituras para todo aquel que llegue al Conservatorio y no tenga que pedirle por favor a su abuelita que le dicte partituras.

 

UEM: ¿Tienen Equipo de Orientación los Conservatorios?

Claudia: No, no tienen Equipo de Orientación porque es un terciario. Los Conservatorios son todos terciarios superiores, dependiendo dónde se cursen, y en algunos casos son universitarios.

Alina: Se trata de jerarquizar la educación orientada en particular a personas con discapacidad. Esto es un Instituto Superior de Formación Docente, básicamente. Otra cuestión que ya comenzó, pero evidentemente se está tomando mucho tiempo, es la articulación a nivel de DGE entre la rama superior y la artística. Cuando se pongan de acuerdo y articulen, realmente va a haber una apertura no voluntarista, sino con sus propias reglamentaciones y parámetros. Y la tercera pata, que es más elemental todavía. Lxs ciegxs viejxs y músicx-s dicen que su escuela no solamente tenía maestro de música, sino que aparte tenían musicografía en la Escuela Especial. Yo hace casi 20 años que trabajo en educación y jamás lo vi ni escuche.

UEM: ¿Tienen previsto volver a la presencialidad con Lucía? ¿Está vacunada?

Alina: Lucía está vacunada, porque aparte tuvo prioridad en su grupo etario por su discapacidad. Hubo distintas cuestiones en el medio, pero en principio estaría volviendo primero a su escuela de nivel medio. Y luego habría que ver el resto de las cuestiones. Es un proceso, porque hay como prioridades. Y hay que ajustar un montón de cosas a esta altura del año.

UEM: ¿Cómo evaluar este proceso en la virtualidad, como evaluar el proceso que ha ido desarrollando Lucía? ¿Qué desafíos plantea la evaluación?

Claudia: Yo particularmente hago una evaluación sumamente positiva de la experiencia en sí desde el punto de vista fáctico y por la proyección a futuro y las implicancias que esto genera en una segunda instancia, más allá de Lucía en lo personal que es una amorosa, pero da lo mismo que sea Lucía u otra persona. La estamos tomando como una experiencia inicial, pero como proyección a futuro y todo lo que hablábamos recién. Y de alguna manera, si se me permite, sentar un precedente, en cuanto a la apertura al trabajo con diferentes instituciones, con incorporación de un terciario al intercambio con estudiantes de capacidades diferentes. Me parece que es una experiencia muy positiva, muy rica. Es mejorable, pero positiva como puntapié inicial.