Gabriel Moyano, profe de ciencias sociales en la ES Técnica 4 de Avellaneda, nos cuenta una original y novedosa forma de trabajar la clase con sus estudiantes de primer año. La iniciativa generó curiosidad y un sinfín de debates.
Por Florencia Riccheri
Utopías en Movimiento: ¿Cómo se te ocurrió esta manera novedosa de pensar la clase?
Gabriel Moyano: Esencialmente, fue llegar al aula y ver que la disposición de los bancos, esa manera de “todos mirando al frente”, no me resultaba cómoda. Y luego de un par de semanas me animé a proponerlo. Como en la planificación de la materia teníamos que trabajar la democracia ateniense, me puse a pensar ¿cuál sería la mejor manera para trabajar esos contenidos? Y ahí surgió que podríamos hacer un ágora real, como un semicírculo con la disposición de los bancos.
Al principio, mis estudiantes notaron que “había algo raro”, que era diferente, y cuando empezamos la clase y dije la primer consigna, se largaron a debatir solos.
“La disposición de los bancos, esa manera de ‘todos mirando al frente’, no me resultaba cómoda”
UEM: ¿Presentaste el tema o fue solamente esta disposición áulica?
Gabriel: Sí, yo empecé mi clase explicando la idea de democracia en Atenas, ya que ese era el contenido del programa que estábamos por ver. Pero lo más interesante fue lo que pasó después. Yo solo les expliqué lo esencial: en la antigüedad, los griegos tenían un espacio público que hacía del debate una herramienta democrática. Nombraban un presidente de la asamblea y luego definían por consenso o elección su forma de representación. Esa fue la única introducción, y al proponer los temas y los oradores ellos mismos empezaron a tomar la palabra y debatir los temas, uno tras otro.
UEM: ¿Recordás qué temas surgieron?
Gabriel: Sí, por supuesto. En principio, si estaba bien la Asignación Universal por Hijo, y ahí salieron las nociones de pobreza y desigualdad. Se armó un gran revuelo porque ellos mismos ponían en consideración lo que sabían, sus imaginarios, sostenían puntos de vista y argumentaban. Cada uno tomaba la palabra, hacía que el otro intervenga, se escuche y por supuesto, ellos mismos moderaban sus intervenciones. Así por ejemplo había algunos que no les parecía bien que den planes y ayudas sociales, pero lo que no sabían era que entre sus compañeros y compañeras de aula y de la escuela, había beneficiarios. Al ponerle cara y biografía a esos “planes”, cómo usualmente se conocen, cambiaron su mirada. Desde ahí, luego, surgió la idea del esfuerzo y el mérito.
UEM: ¿Pero entonces, el debate se hizo posible?
Gabriel: Claro, iban ellos mismos y ellas mismas generando posibilidades de cambiar y rectificar sus posturas, escuchando a otros y haciéndoles pensar si estaba bien o era equivocada su postura. Se habilitó la palabra con este espacio y repito, solamente cambié la disposición del aula e ilustré el tema la democracia ateniense.
UEM: Muy interesante. ¿Y luego cómo siguió?
Gabriel: Siguieron con otros temas, como el aborto y el feminismo. Insisto que yo no dije nada. Ellos moderaban y se ponían de acuerdo en las formas de intervenir y los tiempos. Iban ampliando sus puntos de vista, cambiando de mirada y sobre todo escuchándose. Creo que lo más interesante era la necesidad de hablar y expresarse que tenían. Y que esta clase haya sido el motor para ellos me gustó mucho.
“Iban ampliando sus puntos de vista, cambiando de mirada y sobre todo escuchándose”
UEM: Vos decías que no había un tema generador, pero en realidad cambiar lo habitual del aula se volvió en sí mismo disruptivo…
Gabriel: Tal cual, al principio no entendían bien de qué se iba a tratar “la clase”, como que tenían sus recelos y dudas sobre la consigna, aunque digamos que no había mucha consigna porque, repito, ellos hicieron del momento de debate algo más interesante de lo que había pensado.
Pero sí noté que tenían mucho para hablar y tomar la palabra. Había necesidad de espacios para conversar e intercambiar, que no era lo habitual con otros profesores ni en otras materias. Al ser un primer año y la materia ciencias sociales, el simular una asamblea ateniense me dio el pie para trabajar no solo en la actividad, sino para plantear otros formatos escolares posibles. Pensemos que ellos recién están empezando la secundaria, y en esa edad todo espacio que habilite la palabra se vuelve más que necesario para debatir e intercambiar ideas.
UEM: Imagino que la escuela en sí misma también debe generar esto. ¿Hay centro de estudiantes u otros espacios de participación?
Gabriel: Sí, por supuesto, esta es una escuela del centro de Avellaneda, con mucha matrícula y una historia de participación. Pero pensemos que ellos son “nuevos” en eso, y lo que destacaban era que más allá de tener delegados, todos plantearon su punto de vista y nutrieron la conversación. Porque lo que noté era que había necesidad del debate y de contraponer imaginarios, al ser esta una escuela que vienen de diferentes barrios y zonas, la diversidad de experiencias ayudó mucho.
“Ellos recién están empezando la secundaria, y en esa edad todo espacio que habilite la palabra
se vuelve más que necesario”
Por ejemplo, quienes pensaban que estaban hablando de la pobreza como algo alejado notaron que su compañero de banco estaba atravesando una situación de vulnerabilidad. Eso es algo más que interesante porque debatieron en profundidad, saliendo de estereotipos y respetándose, inclusive llegando a cambiar de postura.
“Esta es una escuela con mucha matrícula y una historia de participación”
UEM: A partir de esta experiencia, ¿qué otras actividades modificaron tu planificación o qué pensás que sería necesario cambiar en los puestos de trabajo para que cambie la escuela?
Gabriel: Lamentablemente yo tuve que licenciar esas horas porque asumí otra responsabilidad y nuevas tareas en el SUTEBA. Pero creo que lo fundamental es poder pensar en otros puestos de trabajo que sigan este debate en formato de talleres o jornadas sobre participación.
De hecho, esas fueron sus propuestas al momento de votar en asamblea. Trabajar la ESI, conocer sobre las plataformas electorales, debatir sobre los programas de gobierno de cada candidato en las elecciones. Para mí, el resultado fue altamente satisfactorio porque pudieron generar otros espacios que deben ser acompañados con nosotros como docentes.
“Es necesario darles la palabra a estas adolescencias que reclaman que los escuchemos”
El juzgar y el decidir o elegir, en un sentido radical, se crearon en Grecia y éste es uno de los sentidos de la creación griega de la política y de la filosofía (…) . Así como en la actividad política griega la institución existente de la sociedad es puesta por primera vez en tela de juicio y modificada, Grecia es también la primera sociedad que se interrogó explícitamente sobre la representación colectiva e instituida del mundo, es decir, es la primera que se entregó a la filosofía.
La participación general en la política implica la creación (por primera vez en la historia) de un espacio público. (…) El surgimiento de un espacio público significa que se ha creado un dominio público que “pertenece a todos”. Lo “publico” deja de ser una cuestión privada del rey, de los sacerdotes, de la burocracia, de los políticos, de los especialistas, etc. Las decisiones referentes a los asuntos comunes deben ser tomadas por la comunidad.
LA POLIS GRIEGA Y LA CREACIÓN DE LA DEMOCRACIA
Cornelius Castoriadis