Luchar por la comunión de la esperanza

La educación verdadera es una praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo.

Este número sale a rodar por las Escuelas, las redes y el ciber espacio en un año complejo, en el que las políticas nacionales atacan de modo permanente los principios básicos que fijan nuestra Constitución y nuestras leyes.

Este editorial se escribe en los albores de las discusiones en el Senado de la llamada Ley Bases, en cuya aprobación se juega la posibilidad de un horizonte de soberanía y derechos para los próximos 30 años de nuestro país.

Vivimos un tiempo de desfinanciamiento y vaciamiento de políticas nacionales garantes de derechos de la población, frente a un Estado provincial (socavado y ahogado financieramente) que trata de reducir el impacto de las decisiones del Gobierno Nacional para poder cumplir el mandato diametralmente opuesto que le dio el pueblo bonaerense.

 

En estos tiempos… como Fito Páez

“En tiempos donde nadie escucha a nadie

En tiempos donde todos contra todos

En tiempos egoístas y mezquinos

En tiempos donde siempre estamos solos

Habrá que declararse incompetente

En todas las materias del mercado

Habrá que declararse un inocente

O habrá que ser abyecto y desalmado”

 

En estos tiempos, a diario en las Escuelas hay equipos de conducción, docentes, equipos de orientación, comunidades que buscan remar contra la corriente, buscan en su práctica cotidiana concretar la inclusión educativa.

Los derechos humanos son inalienables, irrenunciables e imprescriptibles y por lo tanto nadie debe poder quitarlos. Requieren de un Estado presente con las políticas necesarias para dar cumplimiento efectivo a lo que establecen los artículos 2 y 3 de la Ley de Educación Nacional:

“La educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado.

La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional.”

Quienes habitamos nuestras Escuelas, Centros, Jardines, Institutos, debemos asumirnos como agentes políticxs del Estado cuya responsabilidad social es alojar la diversidad.

Esta edición de nuestra Revista es una buena oportunidad para revisar el concepto de inclusión educativa. Este fue sufriendo cambios a lo largo del tiempo. Irrumpió conceptualmente como la oportunidad de restituir un espacio para recibir a las personas con “necesidades especiales” en programas educativos de calidad. Luego avanzó hacia la posibilidad de hacerlo en Escuelas comunes para evitar su aislamiento, y con el tiempo interpeló a las prácticas para avanzar abarcando a todos aquellos sujetos diferentes por su edad, situación de vulnerabilidad, lengua, discapacidad, género, etc.

La Unesco propone la siguiente definición:

La inclusión es vista como un proceso de dirección y respuesta a la diversidad de necesidades de todos los aprendices a través de la participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades y la reducción de la exclusión en y desde la educación. Implica cambios, modificaciones en contenido, enfoques, estructuras y estrategias, con la visión común que cubre a todos los niños de un rango apropiado de edad y la convicción de que es responsabilidad del sistema regular educar a todos los niños. (UNESCO, 2003,p.3)

En este número compartimos experiencias que buscan dar una creciente participación a las y los Estudiantes en el aprendizaje. Lxs protagonistas comparten proyectos e intervenciones, procesos de abordaje y respuesta frente a la diversidad, que problematizan las dificultades, las necesidades de lxs Estudiantes para alcanzar un protagonismo creciente.

Trabajadorxs de la Educación que se hacen cargo de problematizar los desafíos de la diversidad en sus distintas formas.

Sin lugar a dudas, sus acciones requieren una cantidad y calidad de recursos, espacios de formación e intercambio para poder pensar colectivamente estrategias y proyectos porque nadie se salva solo, porque las intervenciones requieren consensos y acuerdos que se sostienen en el tiempo, junto a las comunidades y en red con otras instituciones del barrio.

Luchar por la comunión de la esperanza.

Celebremos entonces trabajar juntas y juntos en la construcción de un mundo donde como alguna vez propuso Gianni Rodari, sea posible “el uso total de la palabra para todos. No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo”.

 

Florencia Riccheri

Subsecretaria de Planeamiento, Investigación y Estadística Educativa

Secretaría de Educación.

 

1UNESCO. Overcoming exclusion through inclusive approaches in education. A challenge & a vision. Conceptual paper. ED.2003/WS/63 UNESCO document 134785, 2003 http://www.unesco.org/education/inclusive