La creación de las primeras Escuelas Especiales surge como respuesta a esa infancia anormal, bajo una mirada médica. Muchas de estas escuelas estaban bajo la dirección de un médico.
La génesis de la Educación Especial se dio sobre la confluencia entre la filantropía y el Estado, a partir de técnicas educativas, médicas y psiquiátricas que funcionaron como pilares. La “Escuela diferencial” sostuvo una propuesta ortopédica intentando corregir aquellos niños anormales a través de aprendizajes concretos y prácticos, repeticiones, la creación de hábitos, espacios a cielo abierto, manualidades y formación laboral. Siempre en espacios segregados.
¿Qué mejor para un niño discapacitado que estar con otro niño discapacitado? ¿Ambos tienen los mismos problemas, tiempos, posibilidades?
En esa concepción imperaba el supuesto que una vez que se rehabiliten lo suficiente, es decir, se adapten al medio social y educativo en términos de ser, estar y hacer como las demás infancias, podrán estar con ellas.
Esta idea de rehabilitación como requisito previo para poder estar en sociedad, de lograr corregir el defecto, la anomalía, el retraso, garantizaría que el sujeto esté “en condiciones” para estar en sociedad.
Mientras tanto, por su bien y por el de los demás, era mejor que su vida transcurriera en otros espacios.
Cuánto de lo correccional, el Patronato de la Infancia, hay en estas ideas médico-pedagógicas que fundan a la Educación Especial.
Sin embargo, no son tan lejanas a muchas prácticas educativas contemporáneas.
¿Acaso lo primero que se dice no es que ese estudiante no puede como el resto? ¿Que no es su lugar, que atrasa a los demás? ¿Que debe tener algún problema y se pide el diagnóstico aun como si este nos determinara pedagógicamente? ¿Y acaso no se pide aun que intervenga Educación Especial para “derivar” a estos estudiantes?
Podemos describir tres momentos históricos para dar cuenta de la evolución de la noción de las personas con discapacidad, el tratamiento de niños y niñas con discapacidad, el concepto de discapacidad como así también las respuestas sociales.
1) MODELO DE LA PRESCINDENCIA
Las características esenciales son dos:
•LA DISCAPACIDAD TIENE UNA JUSTIFICACIÓN RELIGIOSA. Se sostenía que las causas que dan origen a la discapacidad son religiosas: un castigo de los dioses por un pecado cometido, o una advertencia de que la alianza se encuentra rota y que se avecina una catástrofe.
•LA PERSONA CON DISCAPACIDAD NO TIENE NADA QUE APORTAR A LA COMUNIDAD. Se parte de la idea de que se trata de un ser improductivo y además una carga que deberá ser arrastrada, ya sea por los padres o por la comunidad.
Hay dos submodelos dentro de este modelo:
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Eugenésico: La solución es perseguida a través de la aplicación de políticas eugenésicas.
•Marginación: Las respuestas sociales fueron objeto de un doble tratamiento. Por un lado del trato humanitario y misericordioso que inculca la caridad cristiana y, por otro, un tratamiento cruel marginador, originado como consecuencia del miedo y el rechazo.
2) MODELO DE LA REHABILITACIÓN
En primer lugar las causas que se alegan para justificar la discapacidad pasan a ser científicas.
Alude a su condición funcional en términos de salud o enfermedad.
En segundo lugar, ahora se entiende que pueden tener algo que aportar, en la medida que sean rehabilitadas o normalizadas.
En este modelo, la confusión entre discapacidad y enfermedad, se traduce en la posibilidad de mejoramiento de la calidad de vida de las personas afectadas, como también en el desarrollo de los medios de prevención y tratamiento de rehabilitación.
La Educación Especial con esta matriz, se convirtió en una herramienta central e ineludible para el abordaje educativo de las personas con discapacidad, en tanto camino de recuperación o rehabilitación. La pedagogía ortopédica y la terapéutica son dos ejemplos de este modelo.
Dentro de las prácticas habituales aparece: la institucionalización. Este modelo se caracteriza por la segregación de diversos sujetos que por sus características o condiciones deberían permanecer en espacios aislados del resto, a fin de ser curados, rehabilitados. La mayoría de las Escuelas Especiales se fundan en este período histórico y bajo esta concepción.
La mirada se encuentra centrada hacia el déficit y en las actividades que la persona no puede realizar, por lo que se produce una enorme subestimación con relación a las aptitudes de los estudiantes con discapacidad. Las respuestas educativas se ba- san en una actitud paternalista.
3) MODELO SOCIAL
Este modelo presenta dos supuestos.
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Las causas que originan la discapacidad son sociales o al menos, preponderantemente sociales. Según los defensores de este modelo, no son las limitaciones individuales las raíces del problema, sino de las de la propia sociedad, para prestar servicios apropiados y asegurar que las necesidades de las personas con discapacidad sean tenidas en cuenta dentro de la organización social.
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Las personas con discapacidad tienen mucho que aportar a la sociedad o que al menos, la contribución será en la misma medida que las personas sin discapacidad. Se sostiene que lo que pueden aportar a la sociedad las personas con discapacidad se encuentra relacionado con la inclusión y la aceptación de la diferencia.
Estos presupuestos generan consecuencias, entre las que se destacan las repercusiones en las políticas a ser adoptadas sobre las cuestiones que involucran la discapacidad. Si se considera que las causas que originan la discapacidad son sociales, las soluciones no deben apuntarse individualmente a la persona afectada, sino más bien que deben encontrarse dirigidas hacia la sociedad.
Aboga por la rehabilitación o normalización pensada y diseñada para hacer frente a las necesidades de todas las personas.
Los estudiantes con discapacidad deben tener las mismas oportunidades de desarrollo que los estudiantes sin discapacidad.
En lo relativo a las respuestas sociales, este modelo se basa en la búsqueda de la inclusión a través de la igualdad y equidad de oportunidades. Se presenta una serie de medidas: la accesibilidad universal, el diseño para todos y todas y la transversalidad de las políticas. La noción de personas con discapacidad se basa en las limitaciones de la propia sociedad. En este modelo social se interpreta como el resultado de las barreras sociales y de las relaciones de poder, más que un destino biológico ineludible.
Al tomar conciencia de los factores sociales que integran el fenómeno de la discapacidad, las soluciones no apuntan individualmente a la persona afectada, sino más bien que se encuentran dirigidas hacia la sociedad, o teniendo presente el contexto social en el cual la persona desarrolla su vida.
Si bien el concepto de inclusión educativa no tiene como única finalidad el acceso, permanencia y egreso de los estudiantes con discapacidad de las escuelas comunes, sino eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación en igualdad de oportunidades para todos y todas y cada una de las personas.SIN DISCAPACIDAD.
El desarrollo de las instituciones y propuestas educativas bajo este paradigma favorece la creación de espacios más flexibles, amplios y democráticos. Las propuestas inclusivas son el resultado de posicionamientos y políticas públicas desarrolladas en clave de derechos humanos.
Para llevar adelante esta perspectiva educativa, social y política, para asegurar la igualdad de oportunidades y la participación, se debe promover el trabajo colaborativo no sólo al interior de cada institución, sino también interinstitucionalmente e intersectorialmente.