ESPERANDO EN LA TRANQUERA

“A pesar de todo, tuvimos un año muy bueno”, nos comenta Lorena. Y su expresión sintetiza la experiencia en pandemia de la escuela que dirige, atravesada por el compromiso de docentes, estudiantes y familias para sostener el vínculo pedagógico y afectivo.

Entrevista con Lorena Carosella, directora de la Escuela Rural 13 de Punta Indio

Lorena Carosella es la directora de la Escuela Rural 13, ubicada en el Paraje Chirramberro, en Álvarez Jonte, distrito de Punta Indio, una escuela que este año cuenta con una matrícula de siete alumnxs. En esta entrevista con Utopías en Movimiento, nos cuenta cómo fueron superando los obstáculos que les planteó la pandemia, en el contexto particular de la ruralidad. Un esfuerzo colectivo, del conjunto de la comunidad educativa, para sostener una escuela que enseña, resiste y sueña.

Utopías en Movimiento: Comentanos un poco ¿cómo es la escuela?

Lorena Carosella: La escuela el año pasado contaba con ocho alumnxs de matrícula, es una escuela rural en la cual trabajan el profesor de artística, la profesora de educación física, la profesora de inglés, tenemos todas las áreas cubiertas. Por tratarse de una zona rural, el tema de la conectividad fue un problema para nosotrxs, pero lo supimos trabajar dentro de todo bien.

UEM: El año pasado, cuando se encontraron con que había que suspender las clases presenciales, ¿cómo hicieron para lograr la continuidad?

LC: La verdad que fue un golpe bastante duro para todxs, porque la escuela rural es un lugar de encuentro con el otro, de socialización, lxs chicxs hasta festejan los cumpleaños en la escuela, es el lugar donde se encuentran con otrxs compañerxs de su misma edad. La escuela está a 23 kilómetros de la cabecera del distrito, y es toda zona rural, caminos rurales, así que lxs chicxs no tienen un club cerca, no tienen una plaza para ir a jugar cerca. Son hijxs de madres tamberas y padres que son peones rurales en su mayoría. Así que ellos sufrieron bastante.

Por eso, el vínculo que creamos lxs profesorxs y yo, a través de los grupos de WhatsApp que armamos, fue fundamental para poder sacarlxs adelante y tener una continuidad pedagógica de mejor calidad, porque nos conectábamos todos los días, nos saludábamos, festejábamos los cumpleaños por WhatsApp y también tenemos un grupo de Facebook en el cual subíamos videos y fotos.

La comunidad educativa, ex alumnxs y familiares, también participan con comentarios y saludos en ese grupo. Hicimos el vínculo a través del celular, utilizando los datos de las familias, porque no hay internet en el campo. Cuando se pudo circular, se empezaron a hacer visitas domiciliarias en las cuales lxs profesorxs acompañaban en la medida en que podían, para poder ver a lxs chicxs personalmente.

“…sigo profundamente esperanzado. Rechazo el inmovilismo, la apatía, el silencio…..no estoy esperanzado por capricho sino por imperio de la naturaleza humana” Paulo Freire, 1997.

UEM: ¿Cómo era desarrollar una propuesta de enseñanza? ¿Podés darnos algún ejemplo?

LC: Al ser virtual y al tener esta problemática, que era la devolución de lxs chicxs, el contacto con lxs chicxs y la vinculación, lo que nos pasó es que pudimos articular mucho más que en cualquier otro momento. Porque en un año normal yo a lxs profesorxs lxs veo dos horas una vez por semana a cada unx y por separado. En cambio, el año pasado hicimos una capacitación sobre proyecto en la que toda la escuela estaba involucrada. Entonces, eso nos sirvió muchísimo porque teníamos muchos momentos de encuentro con lxs profes. Y lo que nos sirvió, para que las devoluciones sean permanentes y de calidad, fue articular.

Para darte un ejemplo, trabajamos con respecto a los circuitos productivos, al tambo, que es una actividad que se hace mucho en la zona y la hacen las mamás. Lxs chicxs son expertxs en el tema, así que ellxs compartían su información y la complementábamos con material bibliográfico, y el profesor de artística a través de su área también trabajó con lxs chicxs algunos juegos de mesa que tenían que ver con este circuito productivo; la profesora de inglés también, respecto de la alimentación; y la de educación física también, con respecto a la alimentación y a los nutrientes que tiene la leche. O sea, articulamos en realidad casi todos los temas que trabajamos. Es como que no nos quedó otra que articularlos para poder tener devoluciones de lxs chicxs y nos sirvió mucho. Pero eso en un año normal nos cuesta un montón, reunirnos, juntarnos, llamarnos…

UEM: ¿Cuáles son las principales dificultades para hacerlo en un año normal?

LC: La falta de tiempo para encontrarnos, porque en la virtualidad nosotrxs ha- cíamos reuniones virtuales y los tiempos nos daban. Yo coordinaba los horarios con lxs profesorxs y hacíamos videollamadas, es como que teníamos más momentos de encuentro. Por ejemplo, yo mañana tengo al profesor de artística en la escuela, de 8 a 10. Él de 8 a 10 está dando clases. Por más que yo lo vea y le diga, estamos trabajando tal tema, podemos articular, pero ya él a las profes de inglés y de educación física no las ve. Es la falta de tiempo de encuentro con lxs otrxs.

UEM: ¿Qué edades tienen lxs chicxs?

LC: El año pasado tenía de 3ro a 6to año, de 8 a 11. Este año tengo incorporado a un nene de nivel inicial, porque hay un domicilio en esa zona que le queda muy a trasmano para poder asistir al jardín más cercano, entonces ya hace unos años que cuando hay una familia nueva en ese domicilio, lo que se hace es incorporarlo en la escuela, así que este año tengo un nene de inicial, de 5 años, y el resto de lxs alumnxs, que son seis de segundo ciclo.

UEM: ¿Pudieron terminar la trayectoria, acreditar en el 2020, o tuvieron que seguir en febrero?

LC: No. Lxs chicxs acreditaron en el 2020, porque el trabajo que después se llamó ATR (Acompañamiento a las Trayectorias y Revinculación), el acompañamiento que el Ministerio envió para las escuelas y para esxs nenxs que no tenían vinculación o que no hacían tantas devoluciones, lo fui haciendo yo durante el año. Una de las cosas importantes el año pasado, que lo pude hacer, todo esto de acompañarlxs en sus domicilios cuando podía ir a verlos, fue que tenía un solo trabajo. Yo el año pasado decidí trabajar un cargo solo, entonces no tenía la demanda de dos cargos, que normalmente cualquier docente en la República Argentina tiene.

Por lo tanto, yo tenía todo mi tiempo a disposición de ocho familias. A lxs nenxs que tenían menos devoluciones les hice visitas más seguidas, les llevé netbooks que tenemos en la escuela e hice otro tipo de trabajos con ellos para tratar de recuperar algo. Tal vez no habían hecho devoluciones con otros trabajos, pero a través de las netbooks se les fue presentando otro tipo de actividades para que ellxs tengan participación también. El acompañamiento fue constante.

Una entrega de módulos muy particular
Cuando hacíamos la entrega de los módulos íbamos disfrazadxs. Yo le propuse esa idea a una compañera de otra escuela rural, porque en la primera entrega de módulos que nos pidieron que nosotrxs acompañemos, a mí me chocó un poco, porque tengo que ir a llevar la mercadería y parece como una forma de asisten cialismo, no sé… Veníamos de un aislamiento, yo no salía a ningún lado, y de repente tener que llevar la mercadería a lxs chicxs. De hecho, una madre una vez me dijo: “a mí me da vergüenza que me traigan la mercadería porque mi hijo no hace la tarea”.

Entonces, le propuse a una compañera si no quería disfrazarse, así íbamos de una manera diferente a esa entrega de mercadería y nos enfocábamos solamente en la reacción de lxs chicxs y en ese contacto con lxs chicxs, y no en el hecho de ir a llevar el bolsón de mercadería. La verdad es que nos resultó muy bien, de hecho, vinieron a acompañarnos desde el Ministerio de Educación e hicieron un video, porque la propuesta estaba buena. Lxs chicxs primero se sorprendieron, se reían mucho, nosotrxs también, así que la actitud nuestra también cambió, porque nos divertíamos mucho. Íbamos con música y en cada entrega era un traje diferente, así que ellxs estaban ansiosos esperándonos en la tranquera, y de hecho a veces nos esperaban disfrazadxs ellxs también.

Estuvo muy bueno eso que pudimos lograr después de agosto, con otras directoras, hicimos campañas, juntamos juguetes, entregamos en casi todas las escuelas del distrito con ese grupo de docentes de Jonte. Fue una forma diferente de llegar hasta ellxs.

UEM: ¿En cierta forma te parece que eso lxs ayudó a restablecer el vínculo pedagógico, impactó después en la continuidad pedagógica?

LC: Sí, impactó. Yo te comentaba recién que estábamos hacien do un curso y yo lo manifesté eso, porque el curso duró varios meses y a lo largo del tiempo íbamos reflexionando mucho sobre las prácticas. Cambió muchísimo. Imaginate que en las primeras entregas que íbamos de guardapolvo, lxs nenxs que no hacían tantas devoluciones se escondían, no salían, tal vez por vergüenza de que unx les vaya a preguntar si habían hecho la tarea. En cambio, después, cuando íbamos disfrazadas, salían todos a recibirnos. Y también les preguntábamos, ¿cómo te está yendo, ¿qué hiciste?, y les llevábamos otro tipo de material impreso para esxs nenxs que por ahí nece- sitaban un poquito más. Y yo les decía: en 15 días vuelvo y te voy a llamar en la semana.

El problema es que no teníamos contacto directo con lxs alumnxs, teníamos el teléfono de la mamá o del papá. Entonces, por ahí pasaba eso, que las mamás estaban en el tambo a la mañana, después a la tarde se ocupaban de otras actividades del campo, entonces quizás lxs nenxs no era que no podían hacer devoluciones, era que no tenían con qué, porque les faltaba ese celular, que era el de la mamá, que se los tenía que prestar, el celular que es algo tan personal y que tal vez una mamá lo estaba utilizando para cosas personales o de trabajo y tenía que estar prestándole el teléfono a su hijx para que nos responda a nosotrxs. Dentro de todo esto, terminaron el año bien.

UEM: Esas netbooks que ustedes llevaron, ¿son las que habían quedado del Conectar Igualdad? ¿Qué uso les daban lxs chicxs, ustedes les cargaron materiales?

LC: Sí, eran las que quedaron del programa Conectar Igualdad. Les cargamos ma- terial en PDF y en videos. Por ejemplo, de artística les cargamos una carpeta llena de videos de cuentos de artistas, cuentos infantiles pero que se refieren a artistas, y los trabajos que el profesor les daba eran acordes a esos videos, un material muy bueno. Después, todo el material de cuentos que viajan, también los cargamos en las netbooks para que ellxs tengan la posibilidad de escuchar un cuento todos los días. En inglés, había actividades también con cuentos en videos, que la profe los pasaba por WhatsApp, y en el caso de lxs alumnxs que necesitaban más material, la profe se los grababa en la netbook. Yo iba cada 15 días, la entrega de bolsones siempre se hizo cada 15 días a domicilio.

UEM: ¿Había algo grabado por ustedes en esos materiales?

LC: Sí, videos de explicaciones a veces o de lectura de cuentos. A partir de que terminó lo de los cuentos que viajan, que fue en agosto o septiembre, siempre les grabé una lectura, una poesía, una leyenda, un cuento de distintos autores, una grabación de voz, que ocupa menos espacio y carga más fácil. Porque el tema de los videos, con las familias en el campo, era que no podían durar más de cuatro minutos, porque si no les demoraba mucho en cargar, porque ellxs están usando los datos, e incluso no siempre tienen buena señal para los datos.

Retorno seguro a clases: el sueño del reencuentro.

UEM: Cuando empezó el 2021, ¿cómo organizaron la vuelta?

LC: Como todas las escuelas y todxs lxs docentes, armamos los protocolos para el regreso seguro a clases de acuerdo al Plan Jurisdiccional, teniendo en cuenta todo lo necesario para que sea posible la presencialidad de cuatro horas. El Consejo Escolar nos

dio muchísimo material de limpieza, alcohol en gel, termómetros, las mochilas para sanitizar, creo que todas las escuelas del distrito están bien equipadas. En el caso de la 13, está muy bien equipada, se recibieron fondos de SITRARED (Sistema de Transferencias de Recursos Educativos) para la compra de in sumos, barbijos, alcohol, para todo aquello que haga falta.

Este año hay siete alumnxs, seis de primaria y uno de inicial, seis de ellxs vienen en transporte escolar. El transporte cumple con el protocolo que debe cumplir: el chofer está aislado de lxs alumnxs con un plástico, hace la limpieza del vehículo cada vez que lxs sube y lxs baja y lxs chicxs suben al transporte con la declaración jurada, que se las doy yo en la escuela. Les doy varias declaraciones para que tengan en sus casas y cada 48 horas tienen que traer alguna firmada, porque no tienen dónde sacar fotocopias. En eso cumplimos, a través de la Cooperadora, que es la que paga las hojas, la tinta de la impresora. Todos suben a la combi con barbijo, como corresponde, y también el chofer les sanitiza las manos, con alcohol que tiene en la combi, y cuando llegan a la escuela se sanitizan las mochilas, las manos y se les toma la temperatura, y cuando se van, lo mismo. Después hay descansos cada 45 minutos para que puedan salir a bajarse el barbijo, ya que estamos en una zona rural donde hay mucho lugar. Salen, se colocan a distancia y se sacan el barbijo, para poder respirar un poco de aire de campo. A las 9.30 la auxiliar hace una sanitización de toda el aula, y ahí ya esxs nenxs se quedan afuera media hora y pueden comer lo que traigan de la casa.

UEM: ¿Cómo fue el reencuentro con lxs chicxs?

LC: Yo lxs veía siempre. A algunas profes las habían visto durante el año, y a un profesor que no vive acá lo habían visto solo por videos. El asombro fue mutuo, porque lxs chicxs están re altxs, re grandes, hay un cambio de cuerpo tremendo. Y están felices de volver las cuatro horas. En un principio nos habían dicho que serían tres horas, porque la combi no nos coincidía con otro viaje que tenía. Después nos dijeron 4 y queremos mantener eso. Lxs chicxs se cuidan un montón, mantienen la distancia.
Yo les pregunté, y todxs me dijeron que no querían volver más a la virtualidad. La escuela es su lugar de encuentro con el otro. Hay chicxs que no se vieron con otrxs chicxs, porque no viven en una casa al lado de la otra, algunos viven a 20 kilómetros de distancia del otro. Se dejaron de festejar los cumpleaños y hubo actividades que dejaron de funcionar, las jineteadas, los bailes, entonces ya no tenían ese encuentro con el otro. Y ellxs aman a la escuela y están felices de haber vuelto, aunque estemos todo el tiempo con barbijos y alcohol en gel. Más allá de eso, que no es un problema para ellxs, quieren estar en la escuela.

UEM: Se nota la importancia de la escuela como lugar de encuentro, algo que en el contexto rural alcanza límites inimaginables para quienes viven en centros urbanos.

LC: Absolutamente. Lxs chicxs se adaptan enseguida, y más allá de esto que le falta al campo, la conectividad a internet, que es muy importante, perder la posibilidad del contacto con el otro…Más allá de eso, lxs chicxs pusieron mucho de sí y la verdad que las madres es para sacarse el sombrero, porque tomaron un papel fundamental, las que pudieron estar ahí con toda la energía puesta en la actividad que unx les proponía. Porque teníamos que tratar de enganchar al alumno y a la familia.

Cuando unx va con una propuesta al aula, unx tiene que tratar de entusiasmar a lxs alumnxs. En estos tiempos teníamos que entusiasmar a lxs alumnxs y a las familias también, porque eran lxs que iban a estar atrás de ellos tratando de hacer las actividades y las devoluciones. La verdad, el trabajo de las mamás fue también fundamental, y en una zona donde las mamás hacen tareas rurales a la par de sus maridos. A pesar de todo, tuvimos un año muy bueno.