Utopías en Movimiento: Nos gustaría que se presenten…
Carolina Ayala: Soy docente del área de lengua y literatura, trabajo con Sandra en el Instituto Nacional de Formación Docente Nº 102 de Banfield, que está dentro de la unidad académica de la Escuela Normal Superior Antonio Mentruyt. Formamos parte de algo que hemos dado en llamar Cátedra Abierta de ESI.
Sandra Lafourcade: Pertenezco al área de educación física. El espacio curricular que yo tengo a cargo en el Instituto 102 es corporeidad y motricidad, para la carrera de inicial y de primaria. En ambas carreras doy el mismo espacio curricular. Desde que cambió el diseño para las carreras del profesorado de nivel inicial y primaria que estoy en el Instituto, o sea que hace ya unos cuantos años. Me invitaron a participar de esta experiencia, que es una cátedra abierta, totalmente ad honorem. Inmediatamente acepté y me pareció una propuesta en la que si bien íbamos a tener que poner mucho de nosotrxs, porque lo hacemos todo con ganas y pulmón, me sumé y creo que es una buena propuesta. Para hacer y para contagiar a otrxs.
UEM: ¿Cómo surgió la idea de la cátedra?
Carolina: Como cátedra surge en 2018. Previamente habíamos hecho algunas experiencias más aisladas, algunas profes y algunos profes, yo trabajé dos o tres años con un profe que ya no está más en el Instituto, y habíamos hecho algunos talleres, porque habíamos visto algunas cuestiones que habían surgido en las que llamamos las horas TAIN, taller areal integrador, que son las horas institucionales que tenemos en los profesorados de inicial y primaria agregadas a nuestra carga horaria y donde compartimos trabajo interdisciplinariamente lxs profes de las dos carreras y de los distintos años.
Y a partir de algunas cuestiones que vimos que habían empezado a surgir en esos espacios, se nos ocurrió hacer un taller, que lo hacíamos extracurricularmente y además a contraturno, primero vino un grupito muy chiquito de estudiantes, después vinieron más, fue tomando un rol más importante, y después lo tomamos como parte de esos talleres, los taines los tomamos como parte de la formación, no solo de lxs estudiantes sino de nuestrxs compañerxs, porque también a esto apuntaba esta idea. Y después, otro grupo de compañeras habían empezado, un par de años después, a recolectar narrativas de sus estudiantes. Eran profes de filosofía, de psicología, del área de la fundamentación, que empezaron, por emergentes, todo surgió por emergentes, en la práctica, en una escuela, en mi casa, empezaron a recolectar relatos…
UEM: Para los relatos, ¿había algún tipo de consigna?
Carolina: Eso no te lo puedo decir, porque ninguna de las que formaba parte de ese grupo está hoy acá. Seguramente había alguna consigna que tenía que ver específicamente con la Educación Sexual Integral, pero sobre todo tenía que ver con las construcciones de las representaciones en torno al género, por un lado, y lo que pasaba en las aulas, y lo que pasaba en relación, mucho con el lenguaje, cómo se nombraba a los chicos, a las chicas, por ahí empezaron esos relatos. Y a partir de eso surgió la idea, se empezó a ver que había como una vacancia en la formación, a veces las chicas no sabían muy bien qué hacer ante algunas situaciones, y ahí surgió la idea de empezar a reunirnos para hacer algo, no sabíamos muy bien qué. Ahí nos llamaron. Me dijeron a mí, que yo venía con una experiencia, Sandra, que si bien no había formado parte de estas experiencias, al trabajar corporeidad y motricidad y de charlar en algunos espacios, decíamos acá hay algo, fuimos llamándonos por afinidades y por saber que una hacía algo en su cátedra.
Sandra: Además, recuerdo, uno de los emergentes fuertes, que marcó al Instituto y que nos dio fuerzas como para poder juntarnos, fue que une alumne del Instituto fue la primera persona en querer ejercer el derecho de elegir su nombre, porque no estaba de acuerdo con su identidad, la identidad que le habían dado desde el nacimiento. Fue un punto nodal. Me parece que desde ahí partimos como para darle más fuerza a esa cátedra porque hubo quienes estaban de acuerdo con llamarlo por el nombre que había elegido esta persona, y hubo quienes tomaron partido por llamarlo por el nombre que tiene en su DNI. Y ahí hubo una fisura, hubo una grieta, y ahí entramos. Yo creo que eso fue también, si tenemos que marcar algo, algún hecho que determinó que esta cátedra se asentara, tomara fuerza y creciera, fue eso.
UEM: Como un emergente que fue el que desencadenó que el propósito de la cátedra fuera empezar a desarmar ciertas cuestiones, tanto para estudiantes como para profesorxs, ¿no?
Carolina: Ese emergente podría haber terminado en armar una comisión de género en el Instituto, pero nuestra idea es que esto iba a ser un espacio como mucho más, iba a ser tomado más como el lugar de militancia de las feministas. Al pensar en la ESI, esto tenía que ser un espacio para formar a lxs estudiantes y a lxs compañerxs, no es solamente con lxs estudiantes, porque quienes se negaban a llamar a estx estudiante por su nombre elegido y autopercibido y aceptar su identidad autopercibida, no eran sus compañeros y compañeras, que en general no tuvieron problemas, sino que eran docentes.
Entonces, ahí fue, pensarlo desde la ESI, como decía Sandra, nos permitió decir, bueno, acá hay una cuestión, no solamente educar a lxs estudiantes sino también a nuestrxs compañerxs.
Entonces, nos pareció eso, como pensar en un espacio que fuese militante, porque en la ESI siempre hay una militancia detrás, tiene una base en la que una está convencida que hay que llevarla adelante, hay que enseñarla, hay que instalarla, porque tiene que ver con los derechos, pero también pensamos que no sea solo una militancia como una comisión de género, sino instalarla como un espacio de enseñanza y de aprendizaje.
Y ahí pensamos enseguida que fuese colectivo, y una de las impulsoras también fue Lucila.
UEM: Me parece muy interesante esto que traés, Carolina, de que hace falta formación para lxs profesorxs.
Sandra: En una de las primeras capacitaciones que dio el INFOD sobre ESI, hace ya unos cuantos años, nos anotamos dos personas nada más, y nos mirábamos como diciendo qué pasa. Una que está a favor de que se puedan cumplir estas leyes y del ejercicio del derecho, y está a favor de la formación permanente, piensa: cómo es que no entendemos algo tan importante. Hay cosas que están muy arraigadas en lxs docentes y que cuesta deconstruir, y que no pasa por otorgar o permitir o traer cursos o invitar a formaciones, por eso no un espacio como una secretaría de género, o un grupo de militancia, sino una cátedra que invite a la formación permanente, a la deconstrucción e invitarlxs incluso a participar desde la escucha, ya para nosotrxs eso era sumar un montón, saber de qué hablamos, porque algunxs siguen creyendo que la ESI es hablar de genitalidad, no lo entienden como algo integral. Me pareció interesante esa mirada, por eso me sumé inmediatamente cuando salió la propuesta.
“Hay cosas que están muy arraigadas en lxs docentes y que cuesta deconstruir”
UEM: ¿Y cómo trabaja la cátedra?
Carolina: Bueno, vuelvo a los orígenes. Fue como un pretexto, en realidad, para poder hacer un montón de cosas. Empezamos en 2018. Lo que hicimos fue generar algunas actividades que la mayoría de las veces tratamos de invitar a alguien de afuera, pero después pensamos que tenía que ser mechado, no solo traer gente de afuera sino también ver que la ESI la podemos dar cualquiera de nosotrxs. Vamos cambiando, a veces invitamos gente para tratar un tema específico, a veces sucede que viene alguien de afuera, se genera como un evento específico, hay un invitado o una invitada. Hacemos charlas o talleres con alguien que invitamos, con especialistas, y después tratamos nosotrxs de generar alguna actividad propuesta por nosotrxs, para que nuestrxs colegas y nuestrxs alumnxs nos vean trabajando con la ESI. Sin son charlas de gente que viene de afuera por lo general tienen un sesgo más teórico, más expositivo. Y cuando lo hacemos nosotrxs, tratamos de que tenga un formato más de taller. A veces hacemos actividades abiertas a todo el Instituto y otras veces son más orientadas a alguna carrera o a alguno de los niveles. A veces, orientamos más a primaria, a veces más a secundaria. El profesorado tiene dos carreras, inicial y primaria, y después tiene cinco profesorados de educación secundaria.
UEM: Un aspecto muy importante es cómo integrar la ESI a las propuestas de enseñanza. ¿Trabajan algo vinculado con esto en esas charlas que van dando?
Carolina: Siempre estamos tratando de pensar en que los contenidos que se planteen en estos encuentros estén focalizados en pensar cómo se incluye esa mirada en la educación. La mayoría de las veces, incluso, la gente que invitamos que viene de afuera, es gente que trabaja o en escuela media o en formación docente o en escuela primaria. No invitamos, por ejemplo, a un biólogo. Justo, la semana que viene vienen dos personas que son biólogas, pero trabajan en la escuela media con la ESI, desde la perspectiva de la enseñanza con las ciencias naturales. Siempre pensamos en esto, en articular. ¿Cómo lo pensamos en la escuela? La pata pedagógica, didáctica, nunca la perdemos. Todas las personas que formamos parte de la cátedra –hablo de les docentes- incluimos la perspectiva de género en nuestras cátedras. Hay una concordancia entre lo que proponemos y lo que hacemos al interior de nuestras propias cátedras.
UEM: Lucila, ¿de qué carrera sos, y cómo es para una estudiante participar en esta cátedra?
Lucila Echeverría: Soy de la carrera de letras. Para mí es una experiencia importante, es necesaria la idea de intercambiar, porque nosotrxs arrancamos con la cátedra pensando en una necesidad, en algo que nos faltaba dentro de nuestra formación y que necesitábamos poder formarnos para poder implementar la ESI en el nivel secundario, porque yo estudio para docente a nivel secundario. Y a partir de ahí empezamos a intercambiar con docentes de diferentes niveles y áreas, y es enriquecedor, porque estamos en un grupo de WhatsApp en el cual todo el tiempo nos estamos mandando notas o actividades de formación, no solo las que hacemos nosotras en la cátedra, sino quizás de INFOD o de alguna agrupación en particular, nos recomendamos alguna que otra charla como para seguir formándonos, porque es continua la formación.
Intercambiar con otros institutos es importante para nosotrxs. Por ejemplo, hace unas semanas fue el encuentro regional de mujeres y diversidades, que se hizo en Lanús, hicimos un taller de ESI en el cual pudimos intercambiar con docentes de diferentes niveles, con madres, padres, adultos que acompañan niñes en su educación, y fue enriquecedor pensar que no solo estamos pensando en la falta de ESI nosotras, sino que hay algo que está surgiendo de una necesidad de lxs estudiantes secundarixs desde sus necesidades o inclusive las infancias, con un pensamiento más libre, sin tantos prejuicios, que en realidad son los que tenemos les adultes, y a partir del intercambio y de tratar de generar espacios para que pueda haber ESI donde no hay, que es un faltante que tenemos, y seguir luchando, porque hacemos mucho hincapié en eso, porque lo hacemos a pulmón pero seguimos exigiendo que haya una formación y que haya capacitación constante para que esté en nuestras carreras, no que sea simplemente ad honorem.
Carolina: Otra cosa que quería comentar es que no todxs lxs que estamos en la cátedra tenemos formación formal en relación con la ESI. Algunas más, algunas menos, y lo interesante es que estamos todas como co-formándonos en esta cátedra, a diferencia de otros espacios, donde todo el mundo sabe todo, nosotras es como que estamos todo el tiempo co-formándonos e incluso también muchas veces son las propias estudiantes que nos dicen “faltaría esto, nos gustaría una charla sobre esto”, como trayendo muchas ideas. De hecho, hay una actividad la semana que viene organizada por una de las estudiantes. Tratamos de que sea bien horizontal.
UEM: ¿Cómo se organizan? ¿Tienen algún sitio, algún espacio?
Sandra: Si no lo teníamos, lo inventábamos. Porque la verdad es que a veces en el instituto era un poco difícil encontrar el espacio, entonces en la casa de alguno o alguna, o en algún lugar, en algún bar.
Carolina: Como se nos hace bastante difícil juntarnos, usamos y abusamos del grupo de WhatsApp que tenemos con el grupo de ESI. Hay muchas ideas que se terminan vehiculizando así. A veces trabajamos en pequeños grupos, armamos alguna actividad y la consensuamos con el resto.
Lucila: Inclusive pensar en, si la idea es hacer un taller y dividir en grupos, como hemos hecho alguna vez, pensar si tiene que estar destinado a tal carrera y no a todo el mundo, porque tenés que concentrarte en algo, y después se puede grabar, lo pueden ver, lo pueden seguir en vivo, o sea, ver alternativas en las cuales se pueda ver, pero que puedas manejar una dinámica en la cual puedan participar.
UEM: Carolina, me comentabas que tienen programada una actividad muy interesante para la semana que viene…
Carolina: A través de una de las estudiantes que está en el grupo, que es alumna del profesorado de biología, armamos una actividad –en realidad, la armó ella-, invitó a dos biólogas que trabajan en formación docente, en escuela de maestros, y en educación media, para pensar la enseñanza de las ciencias naturales –no solo de la biología- desde una mirada no biologicista. Y como ellas, además de ser docentes en escuela media, trabajan mucho en formación docente para nivel primario, pensamos que esta actividad sea un poco una charla y un poco un trabajo de taller, con estudiantes de primaria y del profesorado de biología. El profesorado de biología también tiene un espacio, dos profesoras que también trabajan bastante con la cuestión de ESI, que no forman parte formalmente de la cátedra, pero vienen haciendo un esfuerzo en generar un espacio donde haya reflexión sobre la enseñanza de la ESI, no biologicista, una mirada mucho más amplia, que no sea solo la genitalidad, los métodos anticonceptivos.
UEM: De las actividades que hicieron, ¿cuál fue la que más las conmovió?
Sandra: Yo recuerdo, de las actividades presenciales, me quedó muy fuerte también el deseo de volver a la presencialidad, esto de los cuerpos mediados por la tecnología me parece que trajo otros correlatos en la pandemia, pero recuerdo en la presencialidad el debatir sobre cosas tan simples como la vida cotidiana, sobre cosas que quizás todo el mundo consume o tiene acceso, cómo siempre está atravesado por lo sexual, por la cuestión de género y por algo normalizador que el mercado intentó además afianzar, para que esta mirada de género se perpetuara a pesar de haber una ley de educación sexual integral, a pesar de haber una ley de identidad de género, cómo cuesta abrirse camino y recuerdo el análisis de situaciones cotidianas.
Nosotrxs habíamos hecho un taller en donde había que analizar unos comerciales, y el asombro que esto causaba, y el despertar, decía yo, porque uno veía en el brillo de las miradas, tanto de profesorxs que participaron como de alumnxs, esta reacción, cómo que se iban mirando diferente. Y eso es todo, es mucho, es lo que da ganas para seguir poniendo el pulmón y todo lo que hay que poner para que esto siga funcionando. Estos talleres son reveladores para mucha gente.
Carolina: Un montón de actividades, voy a nombras dos. Una que en realidad fue un poco previa a la existencia de la cátedra que fue una actividad que hicimos con este compañero que cuento, en la que trabajamos con los y las docentes, compañeros y compañeras, y que hubo compañeras con muchos años en la docencia, con mucha trayectoria, que empezaron a abrirse y a contar experiencias que seguramente no contarían en otro momento.
Y la otra actividad que quería contar, una que la llevó adelante un profe del grupo, Hernán Ocantos, sobre literatura y cine con perspectiva de género, que para mí fue muy movilizante porque él trajo, en el auditorio, en el gimnasio, textos que seguramente nadie hubiese leído nunca si no los hubiese escuchado en ese momento: un fragmento de Lemebel, un texto de Susy Shock, un texto de Naty Menstrual, en un espacio en el que generó cosas, como alumnas que se levantaron y se fueron, docentes que se levantaron y se fueron, pero eso me pareció muy interesante, “estamos moviendo alguna estantería acá”, y eso me pareció muy potente.
Lucila: Yo también elegí esta experiencia de literatura, pero la viví desde el lado de alumna. El intercambio estuvo muy bueno, y además hubo estudiantes del curso de Hernán que prepararon con anticipación textos para leerlos; fueron preparados para leerlos bien, como se merecen ser leídos y que generen la emoción que tienen que generar. Hubo gente que se ofendió, pero también hubo gente que descubrió autores y autoras que nunca hubiese leído o escuchado en otra situación. Es un docente que trae otro tipo de literatura. Lxs adultos tenemos las estructuras muy armadas. Es necesario y es sano empezar a debatir estas cosas y no simplemente desde el recato, sino moviendo un poco las estructuras de la gente. Por eso es la actividad que más me llegó.
Carolina: Quería agregar que en esa actividad, y también en otras, se puso muy en juego el lenguaje. Y en la ESI aparece esta cuestión de ser muy directxs en cuestiones en relación con el lenguaje, y en las instituciones educativas todavía hay cosas que no se dicen, hay términos que no se usan, hay cosas que tienen que ver con la sexualidad de las que no se habla. Y yo creo que esa actividad fue y es muy recordada en el instituto, porque rompió bastante eso. “¿Cómo van a leer eso en el gimnasio?”, se quejaban algunxs, y yo les decía, “bueno, pero somos todas adultas, ¿por qué no se puede en este espacio?”, esto una no se lo va a leer a un chico de seis años. La ESI mueve todas estas cuestiones de qué se puede decir y qué no en un espacio educativo. Fue una actividad amada y criticada duramente.
“En las instituciones educativas todavía hay cosas que no se dicen, hay términos que no se usan, hay cosas que tienen que ver con la sexualidad de las que no se habla”
Sandra: Porque todavía se sigue pensando que hay cosas que no se pueden decir en la escuela. Entonces, en un lugar, en un espacio donde la palabra tiene que circular, en donde permanentemente abogamos por la expresión escrita, por la expresión oral, y cuestionamos y queremos evaluar las prácticas del lenguaje desde la oralidad y desde la escritura, resulta que vivimos vetando o vedando aquello que se puede y no se puede decir. Tenemos que dejar de lado, sobre todo en la escuela, que haya cosas que no se puedan decir, la escuela tiene que ser un espacio en el que todas las palabras circulen para que pueda surgir el pensamiento crítico. Me parece que esa es la cuestión de la enseñanza. No puede seguir habiendo escuelas donde haya cosas que no se pueden decir. Y todas las cosas que no se pueden decir son de ESI. Formarnos, formar y seguir insistiendo en esto: hacer una escuela donde todas las palabras circulen.
UEM: A 15 años de la sanción de la ley de ESI, que se cumplieron el 4 de octubre, ¿qué creen que falta para seguir avanzando?
Carolina: Yo creo que lo que falta es que todo el sistema educativo tome a la ESI como un eje importante que hay que trabajar día a día, y en eso falta todavía, lamentablemente, una formación más sistemática para docentes en ejercicio y para docentes en formación. Creo que esto vencería el miedo que tienen algunxs.
Sandra: Estoy de acuerdo con Carolina, falta formación. Falta formación de docentes, falta habilitar espacios. Y sobre todo que se le dé un lugar dentro del currículum, porque esto de ser transversal parece muy importante, porque toca todo, pero no es nada específico. Nosotrxs estamos acostumbradxs a que lo importante, lo prioritario, como le decimos ahora, sea específico de nuestro currículum. Y la ESI es transversal. Y a mucha gente lo transversal le pasa por el costado. Nada es más funcional a dejar de lado a la ESI que el currículum prioritario. En un contexto de pandemia, de aislamiento, de tanta falta del otro, la ESI es como que quedó relegada. Al ser transversal no fue prioritaria. Hay que darle un espacio más definido en el curricular de todos los niveles.
Lucila: Creo que es una deuda. Sabemos que un cambio de mentalidad a nivel poblacional tarda mucho tiempo, pero si estos 15 años hubiésemos estados mejor preparadxs docentes en actividad, docentes en formación, estaríamos en mejores condiciones. La pandemia desnudó la realidad: qué mal preparadxs que estamos para estas situaciones. Porque cuando deberíamos tener muchas herramientas para acompañar a nuestrxs estudiantes, a nuestrxs compañerxs, inclusive a nosotrxs mismxs, nos encontramos en una situación de vulnerabilidad de derechos o de violencia, tendríamos que estar mejor preparadxs.
“En un contexto de pandemia, de aislamiento, de tanta falta del otro, la ESI es como que quedó relegada”