Conversamos con Marcelo Zarlenga -Consejero General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires (de representación docente)- sobre las distintas formas de organización que a partir de la pandemia las instituciones educativas comenzaron a ensayar para sostener en pie la continuidad pedagógica, así como también sobre las proyecciones que estas experiencias pueden tener de cara al futuro, pensando en los desafíos que nos presenta la educación post pandemia.
Utopías en Movimiento: En la vuelta a la presencialidad nos preguntamos cómo rearmar la escuela para recuperar de lo aprendido aquello que nos sirva para mejorar la educación, para fortalecer la enseñanza, para ampliar y fortalecer las trayectorias de nuestrxs estudiantes, en síntesis, para avanzar en la construcción de la escuela que queremos. La escuela se estructura a partir de la política educativa, la cual sostiene un proyecto político pedagógico. ¿Cuál es la normativa que nos permite ensayar otras formas de organización posibles?
Marcelo Zarlenga: Tenemos que partir de considerar que el sistema educativo bonaerense tiene historia, tradiciones, desafíos e innovaciones, que se fueron construyendo con la participación de sus comunidades a través de las distintas vías institucionales. Así se llevaron adelante proyectos, acciones solidarias, soñando también las mejoras necesarias para cada escuela.
Se necesita un trabajo sostenido para la escuela que queremos. Tenemos un marco que es la Ley Provincial de Educación N° 13.688, aprobada en el año 2007, sosteniendo el concepto político de la Educación como Derecho Social y de la responsabilidad principal e indelegable del Estado como garante. En este marco la educación es única, porque es el Estado quien regula la educación provincial, con las diferencias y especificidades que tiene cada una de las gestiones por identidad propia.
A partir de las leyes de educación nacional y provincial, las diversas políticas educativas que se implementaron pusieron en el centro el ejercicio del derecho a la educación y generaron nuevas formas de hacer escuela, profundizando la enseñanza de diversas maneras.
A 14 años de la sanción de la ley, y luego de cuatro años de políticas neoliberales y de dos años de pandemia, los docentes tenemos el gran desafío de incidir en la política pública.
Aparte de la legislación vigente, tenemos otros marcos construidos colectivamente, como el Reglamento General de Instituciones Educativas de la provincia de Buenos Aires, que regula y organiza el sistema educativo bonaerense y las escuelas. Allí se encuentran las definiciones acerca del Plan de Continuidad Pedagógica que cada institución debe elaborar, atendiendo a las particularidades de su comunidad a través de la construcción del Proyecto Institucional contextualizado, considerando la diversidad y la singularidad. Proyecto que debe estar orientando a la inclusión e integración de todas y todos, y ser sustentable en el tiempo para lograr la mejor realización del acto educativo. Ese debe ser el resultado del acuerdo institucional celebrado con la comunidad educativa. Allí se habilita el abordaje de particularidades institucionales, con diferentes modos de organización y de asignación de responsabilidades y con carácter colaborativo y colectivo.
También existen otras normativas con carácter resolutivo y dispositivo que abren intersticios, por ejemplo, la pedagogía de la alternancia, escuelas no graduadas, los marcos para el tiempo de suspensión de las clases presenciales, los porcentajes de presencialidad y distancia, pautas para la enseñanza y la evaluación en el nivel secundario del 2022, etc.
“Luego de cuatro años de políticas neoliberales y de dos años de pandemia, los docentes tenemos el gran desafío de incidir en la política pública”.
UEM: Durante la pandemia las instituciones educativas comenzaron a ensayar una cantidad de experiencias pedagógicas para sostener la enseñanza ¿Qué aspectos te parece importante resaltar de las mismas, pensando en la proyección que puedan tener de cara al futuro, frente a los desafíos que nos presenta la educación post pandemia?
MZ: Aquí lo primero que hay que señalar es que esa escuela que muchos han criticado, construyó respuestas frente a lo inédito y desconocido. Entre ellas, otras formas de escolarización ante la excepcionalidad y durante los dos años de pandemia con presencialidad escolar intermitente, la escuela se dedicó a enseñar, pero, además, a realizar otras cuestiones prioritarias, entre ellas la asistencia alimentaria y la contención de las y los estudiantes.
Hoy es prioritario continuar profundizando nuestros debates y ampliando los materiales producidos hasta el momento y el conocimiento colectivo acumulado. Hay mucho saber pedagógico construido, otras formas de organización institucional y de enseñanza. Se ha avanzado en evaluar y acreditar de una manera diferente, dando nuevas posibilidades para un acompañamiento pormenorizado de cada estudiante, donde la intensificación de la enseñanza se presentó como una herramienta para acompañar dichas trayectorias que se encontraban en proceso o que fueron discontinuadas por sucesivas interrupciones.
También tenemos nuevos enfoques en priorizaciones curriculares y de evaluación y en las políticas de cuidado en la escuela, que son un eje de trabajo educativo en las distintas instituciones, entre otras.
En conjunto se puede decir que se avanzó en definiciones que llevaron a reorganizar las formas habituales de la escolarización, flexibilizando los formatos institucionales y generando otras maneras de enseñar y aprender.
“Esa escuela que muchos han criticado, construyó respuestas frente a lo inédito y desconocido”.
UEM: ¿Qué posibilidades encontramos en cuanto a nuevas formas de organización de la enseñanza? ¿Y en qué sentido estas podrían favorecer las trayectorias y los aprendizajes de lxs estudiantes?
MZ: Hay experiencias de otros formatos y formas de organización escolar a partir de disposiciones de los diferentes niveles y modalidades que favorecen el principio de la inclusión, partiendo de reconocer que en una sociedad compleja en la que se intersectan distintas formas de desigualdad, los objetivos de la política pública educativa deben estar dirigidos a garantizar el acceso, la permanencia y el egreso con aprendizaje de todas y todos las y los estudiantes. Pero también debemos propiciar que en el tránsito de las niñas, los niños, las y los adolescentes, las y los jóvenes, las y los adultas y adultos, las y los adultas y adultos mayores por el sistema educativo y sus instituciones se produzcan lazos sociales significativos, de reconocimiento, valoración y cuidado de los sujetos. Las políticas públicas deben garantizar condiciones para seguir universalizando derechos para asegurar una justicia social educativa.
El trabajo por áreas, por proyectos, ejes y núcleos problematizadores, la organización temporal, que favorezcan las trayectorias escolares reales y no estandarizadas, los diversos formatos de cursada incluyendo las posibilidades de acompañamiento, de usos de los medios tecnológicos, entre otras, son algunas de ellas y hay un importante acumulado de experiencias al respecto.
UEM: ¿Qué cuestiones pendientes ves en lo que a regulaciones se refiere para poder avanzar en esta dirección?
MZ: Lo primero que aparece en este aspecto es la revisión de los regímenes académicos, en un sentido que necesariamente tensione lo curricular.
La escuela bonaerense y la educación que necesitamos y queremos tiene principios irrenunciables. En primer lugar, está sustentada en los principios de la igualdad, la justicia y el reconocimiento del derecho a la educación de todas y todos, contemplando la extraordinaria heterogeneidad y diversidad de nuestro territorio, de sus comunidades y de la historia de su pueblo. Asimismo, pone la enseñanza por delante, sabiendo que cada estudiante es nuestra responsabilidad indelegable y el sentido de nuestro quehacer cotidiano. Y a la vez considera que todas y todos deben estar en la escuela estudiando y en este sentido es una escuela generosa, que siempre tiene las puertas abiertas. Por eso es fundamental trabajar desde la dimensión político social.
El sistema educativo bonaerense y la escuela que queremos, y para la cual trabajamos y sobre la que se asientan las políticas educativas, no abandona a nadie: recibe, acompaña y confía en que todas y todos pueden adueñarse de los conocimientos y construir el mejor futuro. Parte de la igualdad y quiere llegar a que cada una y cada uno de las y los estudiantes que pasan por las aulas, en definitiva, puedan construir un destino de conocimiento y dignidad.
La pregunta en definitiva que nos tenemos que hacer es cómo concebimos el “para qué” de la Escuela Pública en este tiempo histórico e inmediatamente aparecen cuáles deben ser las condiciones materiales, culturales y simbólicas de una Educación transformadora. Es un momento histórico bisagra en esta salida de la pandemia y de allí la necesidad de plantearnos construir propuestas de políticas públicas, en un contexto donde hay un Estado con presencia política con una inversión educativa inédita, otra cuestión que es importante resaltar.
“La escuela que queremos no abandona a nadie: recibe, acompaña y confía en que todas y todos pueden adueñarse de los conocimientos y construir el mejor futuro”.
UEM: En este momento, en la educación secundaria, la Dirección Provincial del nivel propone poner en debate viejas tensiones en cuanto al formato escolar, a la evaluación y a la convivencia, entre otros temas. Estas cuestiones están enmarcadas en el Régimen Académico de la provincia de Buenos Aires (Resolución Nº 587/11 y su modificatoria Nº 1480/11) ¿Cuáles son los aspectos centrales que entran en discusión?
MZ: En este sentido creo que es tiempo de disputar lo instituido, en relación por una parte con la complejidad socio-cultural y por otra con los necesarios cambios organizacionales y pedagógicos. Debatir el régimen académico es discutir dos ámbitos de significación: el institucional y el académico, donde entran en juego relaciones de determinados modelos educativos y pedagógicos en un contexto determinado. Por lo tanto, todo proceso está inscripto en los proyectos políticos de un modelo de sociedad y hacia la construcción de una ciudadanía plena de todas y todos las y los estudiantes.
La construcción del régimen académico para el nivel secundario implica discutir viejas tensiones sobre aspectos tales como: mecanismos de ingreso de las y los estudiantes, asistencia, evaluación, la acreditación de materias pendientes, la posibilidad de acreditación por materia, la calificación y la promoción; los acuerdos de convivencia, la participación de las y los alumnos, la organización pedagógica-institucional, la cuatrimestralización o anualización de las materias o por proyectos específicos en relación a las prescripciones curriculares, los tiempos y los espacios en la organización de las materias, las actividades institucionales para el aprovechamiento de la jornada escolar, acompañamientos pedagógicos específicos, la repitencia, la situación de no promociones reiteradas, entre otras.
UEM: ¿Cómo se desarrolla este proceso de transformación y cómo interviene el Consejo General de Educación?
MZ: Desde la Dirección Provincial de Secundaria y en forma conjunta durante el mes de febrero se trabajó en las jornadas institucionales “Pautas para la enseñanza y la evaluación en el nivel para el ciclo 2022” y luego se concretizó a través de un acto dispositivo transitorio.
Desde junio se han iniciado una serie de encuentros, un Ciclo de Conversaciones Pedagógicas entre directoras y directores para potenciar los saberes pedagógicos sobre organización institucional, la enseñanza en las escuelas secundarias con el propósito de contribuir a la reformulación del Régimen Académico.
Estas instancias son coordinadas por Inspectores del Nivel y por los Equipos Técnicos de los CIIEs de la Dirección de Formación Docente Permanente del nivel Superior, con una participación de casi 2600 Equipos de Conducción a través de agrupamientos de no más de 30 o 35 escuelas según las características distritales o regionales.
Los contenidos a abordar y poner en debate en estos encuentros se refieren a los formatos escolares y trayectorias educativas, la escuela como unidad organizativa y curricular, las continuidades y rupturas del formato escolar a partir de la recuperación de experiencias y transformaciones de la pandemia, los proyectos y experiencias de la organización institucional y curricular en el marco del Régimen Académico, el formato escolar y sus implicancias en las trayectorias.
Posteriormente se trabajará con estudiantes y con el aporte de otras organizaciones, entre ellas los sindicatos docentes.
Este esquema de trabajo es presentado al Consejo General de Cultura y Educación, con una retroalimentación de la síntesis de estos encuentros y el aporte del nivel central de la DGCyE, con la propuesta para el tratamiento y la aprobación hacia fines del ciclo lectivo actual, para su implementación a partir del próximo ciclo lectivo.
Desde nuestro lugar como consejeros generales de representación docente sostenemos que este proceso debe atender a todas las voces, universalizar la participación, habilitar espacios y jornadas para el debate y la síntesis, no debe vulnerar ningún derecho de las y los estudiantes, ni de las y los trabajadoras y trabajadores de la educación.
Tenemos el gran desafío de incidir en la política pública asumiendo un rol protagónico que exprese todo el conocimiento colectivo acumulado por nuestra organización, con la firme convicción de que nuestra lucha se encamina hacia la construcción de una Educación Pública nacional, popular, democrática, inclusiva, diversa, intercultural, con perspectiva de género y para el cuidado ambiental.
“Nuestra lucha se encamina hacia la construcción de una Educación Pública nacional, popular, democrática, inclusiva, diversa, intercultural, con perspectiva de género y para el cuidado ambiental”.
Marcelo Zarlenga es Licenciado en Comunicación Social; Consejero General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires (de representación docente). Inspector Titular de Educación Secundaria. Profesor de nivel Secundario, Terciario y Universitario. Referente del nivel Superior de SUTEBA.