CUANDO EL RELATO REEMPLAZA EL ANÁLISIS DE LA REALIDAD

“Mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea en nada. Un pueblo que ya no puede distinguir entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal. Y un pueblo así, privado del poder de pensar y juzgar, está, sin saberlo ni quererlo, completamente sometido al imperio de la mentira. Con gente así, puedes hacer lo que quieras.”

Hannah Arendt

La inmediatez de relatos que se instala en discursos políticos y medios de comunicación busca reemplazar la realidad y construir un sentido común de baja potencia analítica.

¿Cuál es el propósito de propagar dispositivos que destruyen la verdad? Jorge Alemán comentaba en una nota publicada en Página 12 en agosto de 2024, que a través de sus imputaciones el discurso neoliberal invita a la población al consumo permanente de mentiras.

El ejercicio del análisis crítico sirve para desarmar los ataques permanentes a la escuela pública, a lxs trabajadorxs, a sus representantes y a las políticas de inclusión educativa diseñadas e implementadas desde gobiernos nacionales y populares para promover el derecho social a la educación como bien público garantizado por el Estado.

Mucho se habla en la actualidad sobre el analfabetismo. A modo de ejemplo, proponemos analizar los dichos acerca del analfabetismo en nuestro país. Sin ir más lejos el presidente Javier Milei manifestó en el discurso de lanzamiento del Plan
Nacional de Alfabetización una serie de enunciados y argumentos que resulta necesario confrontar con datos reales.

En julio de 2024 en la ciudad de San Juan, el Presidente Milei decía que 9 de cada 10 eran analfabetos en 1869, que fue gracias a la generación del 80, a Sarmiento y a Roca que nuestro país fue el primero en erradicar el analfabetismo en el mundo.

En primer término cabe aclarar que el primer censo arrojaba en términos generales que el analfabetismo ascendía al 78 % de la población. Durante los años siguientes al gobierno de Roca el analfabetismo se ubicaba en 54,4%.

La UNESCO define la erradicación del analfabetismo como el proceso de eliminar la falta de habilidades básicas de lectura y escritura en una población. Este esfuerzo incluye no solo la enseñanza de estas habilidades, sino también la creación de un entorno que promueva el aprendizaje continuo y la educación a lo largo de la vida. La erradicación del analfabetismo busca mejorar la calidad de vida de las personas, fomentar la inclusión social y contribuir al desarrollo sostenible de las comunidades.

En América Latina, se considera que un país se encuentra libre de analfabetismo cuando el porcentaje en la población adulta es inferior al 4%. Sin embargo, las cifras pueden variar dependiendo de las definiciones y los contextos locales. Para alcanzar este objetivo, muchos países de la región han implementado programas y políticas específicas para mejorar la alfabetización y garantizar el acceso a la educación.

Por lo tanto el analfabetismo se erradicó en la Argentina a partir de 1991, probablemente con la incidencia del Plan Nacional de Alfabetización implementado durante el gobierno del Presidente Alfonsín. La tasa actual de analfabetismo en nuestro país es de 1.9 %

Estos datos reflejan cómo, a lo largo del siglo XX, las políticas educativas en Argentina contribuyeron de manera significativa a la reducción del analfabetismo, logrando que el país alcanzara niveles de alfabetización notablemente altos para finales de siglo XX

Dentro de este contexto de discusiones acerca del proyecto de país resurge un escenario de fuerte disputa ideológica, política y también pedagógica.

A la hora de dar el debate resulta necesario profundizar nuestra formación para desarmar los ataques con argumentos contundentes.

Nos proponemos, entonces, acercar en este número elementos que nos sirvan para avanzar en la reflexión acerca de los sentidos que se están poniendo en disputa.

Florencia Riccheri

Subsecretaria de Planeamiento, Investigación y Estadística Educativa
Secretaría de Educación