Educar para la democracia, por un país justo, libre, soberano y solidario

En 2023 la Argentina cumple 40 años ininterrumpidos de democracia. Sin lugar a dudas la Educación y les educadores tenemos un lugar central en la construcción de una memoria democrática.

Enfrentamos hoy el desafío de promover la formación de sujetos activos de derechos, en un espacio institucional que necesariamente debe proponer actividades de reflexión individual y colectiva que interpelen acerca de la esencia de las instituciones democráticas mediante el ejercicio permanente de prácticas democráticas, casi contraculturales. Las Escuelas deben ser territorios de paz que promuevan el debate de ideas para construir lo común partiendo de las diferencias.

Cuarenta años de democracia implican pensar además que la mayoría de las comunidades de nuestras Escuelas, Jardines, Institutos y Centros han naturalizado la existencia de un sistema democrático como algo dado. La invitación a la construcción
de la memoria sobre el pasado reciente debe desnaturalizar esas creencias para comprender el valor de la conquista y visibilizar amenazas y deudas en su existencia.

Tenemos la obligación de recordar que la dictadura implementó el terrorismo de Estado utilizando el aparato del Estado para el secuestro, el asesinato, el robo de bebés, el saqueo y la destrucción. Quisieron eliminar la participación política, hacer desaparecer para siempre a todas las organizaciones populares, borrar la solidaridad como la manera más digna de relacionarse e instalar así un proyecto económico.

Contaron con el apoyo de sectores políticos, de la cúpula eclesiástica, de las grandes empresas nacionales y multinacionales que los ayudaron y se enriquecieron. El genocidio contó también con la colaboración de cientos de jueces y funcionarios del Poder Judicial. De esta forma el gobierno de facto conseguía poner en marcha un plan económico neoliberal que produjo el endeudamiento del país, el enriquecimiento de los sectores concentrados de la economía y el empobrecimiento de la población, retroceso que se repite en cada avance neoliberal.

Recordar el pasado para pensar el presente implica pensar en cuáles son los hilos subyacentes que reaparecen hoy con nuevos mecanismos que buscan doblegar el sistema democrático.

Reflexionar acerca de la utilización del Poder Judicial, el comportamiento del poder económico y el uso de los medios de comunicación como tácticas y estrategias para limitar un sistema auténticamente democrático. Repensar qué significa un pacto democrático que respete las reglas de juego, donde a través de elecciones libres, sin proscripciones, los poderes del Estado funcionen al servicio del bien común y en respeto de los intereses de las mayorías.

En estos días las redes repusieron en mi memoria una foto que congelaba en blanco y negro el grito de “Abajo la Dictadura”. Había entonces un sujeto histórico decidido y organizado para realizar ese corte. ¿Qué reclamaba aquel grito? La búsqueda de justicia, de una democracia que garantizara paz, pan y trabajo.

Por ello resulta necesario interpretar el presente en clave histórica, conocer nuestro pasado para saber cómo llegamos hasta aquí y cómo proyectarnos hacia adelante.

En tiempos donde el poder económico, el poder real, busca sitiar a la democracia mediante la especulación financiera para ganar más dinero, sigamos repensando en nuestras aulas el sentido y las prácticas que nos permitan defenderla, porque los derechos se conquistan y se defienden.

En este número compartimos experiencias pedagógicas desarrolladas en distintos niveles y modalidades donde las prácticas en las aulas invitan a la construcción de sujetos críticos y ciudadanos activos.

Sigamos asumiendo cada día los desafíos de formar a quienes tienen y tendrán que defender la democracia y luchar contra quienes pretenden condicionarla.

Quizás el grito hoy deba proferir ¡DEMOCRACIA PARA SIEMPRE, NEOLIBERALISMO NUNCA MÁS!

Florencia Riccheri
Subsecretaria de Planeamiento, Investigación y Estadística Educativa.